Se estima que los insectos, gracias a sus efectos nutritivos, se pueden convertir también en un instrumento para combatir el cambio climático en el tránsito hacia un sistema alimentario más sostenible. Las especies de insectos son consideradas de origen animal, como la carne, el pez y los huevos, que proporcionan proteínas, grasas y nutrientes muy valiosos.
“Aun así, solo se han creado algunas especies de insectos para el consumo, si bien en algunos países, como los asiáticos, el consumo de insectos es un comportamiento dietético con una larga historia; en China, por ejemplo, su consumo se remonta a 2 mil años atrás", comenta Marta Ros, dietista y doctoranda de la Universitat Oberta de Catalunya.
Además, algunas empresas han introducido productos con insectos en algunas grandes superficies. El hecho es que hay un millón de especies de insectos, que representan el 80 % del reino animal, y 2 mil de éstas son consumidas por millones de personas en todo el mundo.
Insectos para un sistema alimentario sostenible
Por su parte, Anna Bach, profesora del Área de Nutrición de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC defiende que los insectos pueden aportar su proteína para un sistema alimentario más sostenible, que actúa como "uno de los principales motores del cambio climático.
Hay que tener en cuenta que la población mundial podría llegar hasta los 9 mil millones de personas en 2050, “y, por lo tanto, tenemos que encontrar diferentes soluciones y, en este sentido, los insectos pueden tener un rol para esta población creciente”, explica Bach.
Bach cree que “las medidas tecnológicas son importantes, pero también los cambios en la dieta; no hay duda de que lo que debería pesar más en nuestra alimentación son los alimentos vegetales y mínimamente procesados”.
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