La llamada carne sintética o cultivada es un producto que se crea en laboratorios a partir de células madre extraídas de músculos de animales, que pueden ser vaca, pollo o cerdo, junto con otros elementos como suero fetal bovino.
La primera hamburguesa artificial fue creada en Londres en 2013 y para su desarrollo, científicos tomaron células madre del tejido muscular de la vaca que cultivaron promoviendo su crecimiento para hacer un producto con forma de ‘hamburguesa’, sin embargo, habría tardado más de dos años en su producción y su costo ere de 250,000 euros por unidad.
En la actualidad, se habla de un producto de laboratorio, con un precio exorbitante y que no está exento de elementos de origen animal, ni de impacto medioambiental y plantea dudas sobre su seguridad y sus efectos para la salud.
Así se fabrica la carne sintética
Este producto se consigue a partir de células madre musculares extraídas de animales. Estas células se multiplican en un laboratorio colocándolas en un medio de cultivo que contienen elementos necesarios para su crecimiento, consiguiendo que las células se multipliquen.
Algunos de los elementos para su producción:
- Suero fetal bovino
- Mioglobina
- Vitaminas
- Aminoácidos
- Grasa y tejido conectivo
Cabe señalar que para conseguir el tono de un músculo real, la carne sintética es sometida a una estimulación eléctrica.
Las implicaciones ambientales de este producto
Mucho se habla sobre las principales ventajas de la carne sintética. Una de ellas es que tiene un impacto medioambiental menor que la carne; no obstante, hasta que se establezcan los métodos de producción comercial y los productos finales, estos métodos seguirán sin fundamento, según indica el informe de Government Accountability Office (GAO) del gobierno estadounidense.
En ese sentido, estudios han demostrado que la carne sintética puede producir más contaminantes que la carne de pollo o la de cerdo. Asimismo, una investigación de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido concluyó que la producción de carne sintética es más emisora de gases de efecto invernadero.
La sociedad y su aceptación
En los últimos años se han realizado varios estudios para evaluar la aceptación de esta carne por parte de los consumidores. Los resultados muestran cómo el factor cultural es un parámetro importante en la aceptación de este producto, sin embargo, la razón principal para la negación o la no aceptación a su consumo es la percepción de este producto como algo no natural.
La apariencia y el sabor de estos productos son aún más determinantes que la sostenibilidad. Por ejemplo, teniendo una mayor importancia a la hora de consumir el producto de una manera regular. En las encuestas se ha expresado preocupación por el costo, el sabor, la seguridad y los riesgos para la salud que pueda atraer el consuo de la carne cultivada.
La resistencia de la Unión Europea a la aprobación
Se debe resaltar que los estos productos aún no están autorizados en el marco regulatorio de la Unión Europea y existen todos los interrogantes sobre su aceptación. De la misma manera, ni la Administración de Medicamentos y Alimentos o Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ni el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos se han pronunciado por una aprobación a dicho producto.