Aunque muchas experiencias de compra actuales parecen innovadoras y hasta atractivas, en realidad, no son tan nuevas, más bien son una evolución de distintas estrategias basadas en prácticas de hace más de 80 años, adaptadas al entorno tecnológico, ambiental y hasta social.
Entre los grandes cambios en los hábitos de consumo está el regreso a formas de compra más sostenibles, conceptos como comprar a granel o el uso de empaques reutilizables, que eran comunes hace décadas, hoy están volviendo con fuerza, sostuvo Juan Vilches, CEO de Food Innovation Studio.
En la presentación de la conferencia “Consumo cuántico”, como parte del VII Congreso de Ingeniería de Alimentos de la Universidad Iberoamericana, el especialista explicó que el auge de electrodomésticos, como el microondas o el refrigerador, que en su momento cambiaron la dinámica familiar y la manera de consumir alimentos, ahora están en una nueva fase.
El concepto de "alimentos frescos", por ejemplo, dijo que también ha cambiado con el tiempo. En la década de 1980 era común recibir la leche en botellas de vidrio en casa, una práctica que hoy está regresando.
Al igual que hace algunos años, el diseño de los productos, desde el empaque hasta su exhibición en los pasillos de los supermercados, es un factor que influye en las decisiones de compra.
Lo que muchos consideran experiencias de compra "únicas" no son más que la adaptación de experiencias que han sido parte de la historia del consumo durante generaciones.
Desde las bolsas de papel que sustituyen al plástico hasta la compra de productos sin envases, estamos presenciando una revalorización de lo simple y lo sostenible, aseveró Juan Vilches.
Estamos en medio de un proceso de cambio
La historia del consumo sigue escribiéndose y los cambios más profundos aún están por venir.
La entrega de productos a través de servicios a domicilio, por ejemplo, se ha vuelto algo común, con opciones que van desde alimentos hasta productos de cuidado personal, esto hace que las decisiones de compra sean cada vez más rápidas y personalizadas.
Otro cambio es el regreso de los productos frescos, como la leche. En lugar de comprarla en cartones desechables, ahora están surgiendo estaciones de producto fresco para rellenar, lo que responde a la demanda de un consumo más sostenible.
“La revolución y los tiempos cambian y vamos migrando a conceptos o a través de tecnologías con efectos de alto impacto al consumo. Ya no necesitamos tomar decisiones más rápidas cuando tenemos que ir a la tienda donde lo que hay es una estación de leche fresca para rellenar. Claro, es un producto más costoso”, comentó.
Entonces dijo que las personas están comenzando a adoptar lo que denomina "consumo cíclico", o el regreso a prácticas más sostenibles donde la reutilización de materiales y la compra directa de productos sin empaques plásticos se están abriendo paso.
Este ciclo de consumo responde a las presiones medioambientales y sociales, que están llevando a los consumidores a replantearse cómo adquieren los productos y qué impacto tiene en el planeta.
La tecnología aumenta la interacción
El CEO de Food Innovation Studio dijo que la tecnología también ha cambiado la forma en que los consumidores interactúan en las compras del día a día. Pero igualmente, ha penetrado en la industria alimentaria.
La generación millennial, por ejemplo, tiene un arraigo a la tecnología en sus hábitos que el uso de dispositivos como teléfonos móviles es parte de su identidad.
De hecho, las redes sociales y las "selfies" son una parte natural de la vida. Hoy, cualquier persona puede capturar, compartir y vender productos a través de plataformas digitales con una facilidad impensable hace solo unos años, señaló el especialista.
Igualmente, la manera en que consumimos va más allá de una simple transacción, dijo, pues se ha convertido en una demanda para tener una experiencia en sí misma.
La industria alimentaria se está transformando por la automatización y la robótica, que no solo están optimizando la producción, sino también la forma en cómo se interactúa con la comida y la cocina.
Herramientas como los asistentes virtuales (Alexa, Google Home) ayudan a controlar electrodomésticos. La preparación de alimentos, tradicionalmente manuales, se delegan a robots y sistemas automatizados facilitando estas tareas.
Robotización
En un futuro no tan lejano, resaltó el especialista, los restaurantes llegarán a ser atendidos casi en su totalidad por robots, dejando de lado las recetas artesanales y pasando a fórmulas automatizadas que aseguren la calidad del menú.
La comida se ha convertido, para muchos, en un servicio que llega a la puerta de casa, sin necesidad de intervenir en la preparación, con la ayuda de plataformas digitales.
En cuanto a la experiencia sensorial del aroma, el sabor, la textura de los alimentos, la robotización podría llevar a un mundo donde esos placeres sensoriales sean "tecnificados", creando experiencias sensoriales realmente sin precedente.
La integración de dispositivos tecnológicos capaces de reproducir estos estímulos sensoriales de forma artificial está llevando nuestra interacción con la comida a otro nivel, ejemplificó el ponente.
“La integración de dispositivos tecnológicos capaces de reproducir estos estímulos sensoriales de forma artificial está llevando nuestra interacción con la comida a otro nivel”, señaló.
No obstante, el futuro de la inteligencia artificial, la realidad aumentada y el internet de las cosas será un cambio inevitable y global. Para lo cual, la industria de alimentos, los consumidores y los reguladores deben estar preparados.
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