El consumo de carne de vaca es diverso alrededor del mundo, cada país ha ido desarrollando su industria cárnica en consecuencia de esas demandas, sus tradiciones y sus hábitos de los compradores.
Sin embargo, en la actualidad los consumidores acuden a los medios digitales y recursos en línea para obtener más información sobre el producto cárnico que están o irán a consumir. Buscan datos no solo detallados, sino también transparentes, con el fin, entre otros, de tener una relación más directa con los productores ganaderos.
Abel Forlino, director y fundador de Wagyu 360, una empresa dedicada al desarrollo y asesoramiento integral de la producción y comercialización de la carne, explica que el hecho de conocer la procedencia de la carne expresa la confianza suficiente respecto a la compra de un producto con una historia real, con una trazabilidad validada, una crianza sustentable, responsabilidad ecológica y con los cumplimientos de estándares de bienestar animal.
Uno de los tantos datos asequibles es si la carne proviene de un engorde a corral (feed lot) o de un sistema pastoril (grass fed), que es de un lugar físico bien determinado y que, lo más importante, que sea consistente en cuanto a sus calidad (terneza, sabor y jugosidad).
Un factor que aporta a la transparencia son las ventas en línea, que gana fuerza ante la propagación del Covid-19 a escala mundial. Dado las reglas de distanciamiento social y de cuarentena obligatoria, los consumidores, para evitar las posibles aglomeraciones en el punto de venta, visitan diferentes sitios web para hacer sus compras de carnes y de productos cárnicos.
Ejemplos de empresas que ofrecen ventas en línea son Butcherbox.com y Agribeef.com que, en Estados Unidos, que no solo se basan en el servicio de entrega, sino también en la generación de confianza para suministrar la carne con la calidad deseada por sus clientes; y dichos productos pueden ser orgánicos, de animales alimentados con pasto y/o hasta libre de anabólicos dependiendo de la demanda del consumidor.
“Cuanto más información precisa y confiable tenga el consumidor, más se valorará el trabajo de los productores y esa dicotomía entre el productor y el consumidor va a ser menor. La promoción de esta interacción es importante para que la experiencia de comer, por ejemplo, un bife sea un éxito, y que todos en la cadena trabajen con mayor integridad y objetivos claros”, puntualiza.
Consumo de carne en el mundo
La ingesta de carne de bovino es diferente debido a los hábitos y tradiciones alimentarias de cada país, a lo cual se suman factores como creencias religiosas, cuestiones culturales y clase socioeconómica.
En tanto, las nuevas generaciones, como los millennials o la generación Y, están más preocupados por la ecología y la ganadería sustentable y compran productos cárnicos que cumplen con estos propósitos.
Abel Forlino explica que la tendencia mundial muestra que los consumidores de países con una mejor economía tienen una mayor preferencia por la calidad de carne, los beneficios nutritivos y el bienestar animal, mientras que los consumidores de países con mayor niveles de pobreza y malnutrición consideran la carne como un suministro de proteínas.
De acuerdo con el especialista, en el mercado japonés se consumen pequeñas porciones de carne con un altísimo nivel de marmoleo. Por otra parte, las zonas del noreste de Europa prefieren un producto magro y de razas continentales.
Los norteamericanos y australianos disfrutan de un bife terminado a grano con significante grasa blanca; en lo que se refiere a los países centroamericanos, sus consumidores tienen preferencia por carne proveniente de animales maduros terminados a pasto.
En Argentina, la carne es indudablemente un tema histórico, tradicional y sociocultural y es ampliamente disfrutado por todas las clases sociales. Entre las actividades, en donde la carne de bovino es el plato principal, está el típico "asado del domingo" con la familia o la "picada" con amigos.
“Cada país ha ido desarrollando su industria cárnica en consecuencia de esas demandas, sus tradiciones y sus hábitos de consumo. Además, existe un desarrollo internacional en nuestra industria en donde se concede un valor agregado a la producción mediante los nichos de mercado, tales como Prime, Wagyu, orgánico, kosher y halal”, declara Forlino.