La demanda de los consumidores y la presión política están empujando a la industria alimentaria a marcar la diferencia al ofrecer opciones más nutritivas. La población más joven de 18 a 24 años mostró una mayor disposición a pagar por bebidas saludables cuando salía a cenar. Comparado con la población de mayor edad.
Así lo indica un estudio realizado por la Universidad de Australia del Sur, la Universidad de Flinders y la Universidad de Otago. Con más de mil participantes en el experimento, se hizo una comparación entre la edad y los patrones de salir a cenar.
Las empresas de hostelería y los fabricantes de bebidas tratan con consumidores bien informados que leen las etiquetas de los productos y evalúan los ingredientes y los aditivos. Por lo tanto, la salubridad del producto debe estar respaldada científicamente y validada por organismos acreditados”, señala Ilke Onus, profesora asociada de la Universidad de Flinders.
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Bebidas saludables, crece su popularidad
Los que salían con más frecuencia también mostraban una mayor disposición a pagar "una prima mayor" en comparación con los que consumían la mayoría de los productos en casa. Entre los participantes, el 27 % informó estar dispuesto a pagar el doble del precio de las bebidas sin azúcar o con poca cantidad de azúcar, aditivos y vitaminas y minerales adicionales.
De acuerdo con investigadores del estudio, las ventas de bebidas representan hasta el 40% de los ingresos del servicio de alimentos. Al mejorar la salubridad de salir a comer, todo el menú incluidas las bebidas, representan una oportunidad que los restaurantes podrían aprovechar.
Con la creciente popularidad de salir a cenar, pedir comida para llevar y hacer compras en establecimientos de servicio de alimentos, también ha aumentado la crítica a la salud pública. Las comidas consumidas fuera de casa por lo general carecen del mismo valor nutricional que los alimentos consumidos en casa.
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Un cambio en la industria de bebidas
La industria de refrescos tiene una conexión con los problemas de obesidad, y los países han tomado acciones para reducir el consumo a través de diferentes estrategias. Como aumentos de impuestos en ciertos productos.
La reducción de azúcar ha pasado de ser una tendencia emergente en la categoría de alimentos y bebidas a convertirse en una corriente principal. Sin embargo, todavía existe la posibilidad de que la industria de alimentos y bebidas de un giro.
Según el estudio, la industria alimentaria mejoró, pero las bebidas siguen teniendo altos niveles de azúcar y calorías y una alta presencia en el sector de la cafetería y la restauración.
La investigación menciona un "mercado relativamente sin explotar para los consumidores más jóvenes y conscientes de la salud, particularmente en relación con las bebidas". Además, es un paso en la dirección de ofrecer apoyo proactivo para la Estrategia Nacional de Obesidad de Australia, misma que fue presentada a principios de este año, con el objetivo de reducir la obesidad y el sobrepeso en un 5% para 2030.
La estrategia presenta datos de 2018 que muestran que 12.5 millones, equivalentes al 67% de la población adulta en Australia, están por encima del peso normal. Si no se toman medidas, se espera que 18 millones de personas en Australia sean obesas o tengan sobrepeso para 2030.
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