La proteína del insecto ha ido ganando terreno en varias partes del mundo debido a diversos factores. Los funcionarios de la Unión Europea han sugerido que los gusanos de la harina se pueden utilizar como fuente de proteínas para fortalecer las galletas, la pasta o los productos horneados.
Un estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina, señala que los insectos pueden contener una cantidad sustancial de proteína. El informe destaca que las larvas del gusano de la harina amarillo liofilizadas contenían hasta un 33% de grasa, un 51% de proteína cruda y un 43% de proteína verdadera en base a materia seca.
La proteína de insectos se promociona ampliamente como una solución escalable para sistemas alimentarios más sostenibles. Sin embargo, los grupos de protección animal han cuestionado el verdadero impacto ecológico y la moralidad de esta floreciente industria.
Proteína de insectos para alimentación animal, un debate activo
Actualmente hay un debate abierto entre los críticos y los defensores de la industria respecto al uso de la proteína de insectos para la alimentación animal.
El debate se centra en el hecho de que la proteína de insectos se produce principalmente para la alimentación animal, lo que lleva a los críticos a sugerir que el sector simplemente está sirviendo para reforzar la ganadería convencional.
Sin embargo, los defensores de la industria argumentan que la cría de insectos podría ser crucial para satisfacer la creciente demanda mundial de proteínas sostenibles a través de la alimentación animal y los productos de nutrición humana.
De acuerdo con la asociación no gubernamental Eurogrupo para los animales, la proteína de insectos no puede verse como un camino hacia sistemas alimentarios más sostenibles.
El organismo señala que la mayor parte de las inversiones se orientan al sector de los piensos, que se identifica como la rama más prometedora de esta industria.
Por lo que no se trata de un sector que se dirige únicamente a sustituir la carne altamente emisiva y de bajo bienestar por insectos. Sino que está ligado a la ganadería convencional, con todas sus consecuencias de bienestar y medio ambiente.
Fundamental para nuevos sistemas alimentarios
Un análisis reciente de las cadenas de producción de insectos en Europa encontró que solo los sistemas de producción extremadamente eficientes podrían lograr beneficios ambientales en la alimentación animal. Por lo tanto, corremos el riesgo de agregar una nueva fuente de alimento para obtener resultados similares o peores".
Sin embargo, la Promoting Insects for Human Consumption & Animal Feed (IPIFF) no está de acuerdo. Aunque acepta que los mayores volúmenes de producción e inversiones se destinan a la alimentación animal, un sector "muy dinámico" con un número creciente de operadores que ofrecen productos alimenticios
saludables a los consumidores europeos.
El organismo señala que la cría de insectos también puede desempeñar un papel fundamental al hacer que los sistemas alimentarios sean más circulares a través del reciclaje y la producción de potentes fertilizantes derivados de subproductos de insectos.
El bienestar animal, una preocupación constante
A los grupos de protección animal les preocupa que se haya ignorado la capacidad de sufrimiento de los insectos en la búsqueda de fuentes alternativas de proteínas, aunque la industria de la cría de insectos sostiene que los insectos pueden cultivarse de forma ética.
El hecho de que los insectos son animales puede olvidarse, ya que a menudo se les designa con el término inapropiado de 'proteínas alternativas'.
La realidad de la producción de proteínas con plantas y animales es drásticamente diferente, y esto último induce preocupaciones en torno al bienestar. Para reemplazar a una vaca, se necesitan miles de insectos, y esto puede ser problemático si se descubre que estos animales son sintientes.
Una revisión reciente de la evidencia del dolor en los insectos encuentra consistentemente que ciertos insectos son 'muy probables' de sentir dolor. Cuando no se cumplen algunos criterios para el reconocimiento del dolor, no es por evidencia contraria, sino por falta de datos e investigación.
El IPIFF acepta que existen lagunas de conocimiento sobre la capacidad de los invertebrados para experimentar dolor y pide que se disponga de más financiación para la investigación a nivel europeo para abordar estas cuestiones.
Finalmente, la organización señala que sus miembros se toman "muy en serio" el bienestar animal y trabajan para garantizar que los insectos se cultiven en entornos que reproduzcan sus hábitos naturales.
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