Las ciencias ómicas suponen el dogma central de la biología ya que reúnen diferentes datos extraídos del ámbito de la genómica, la transcriptómica, la proteómica o la metabolómica y los tratan de forma conjunta para lograr una visión integrada de la biología de la muestra y de los procesos bioquímicos que se producen.
“Es lo que se conoce como la estrategia científica multi-omics que nos permite integrar todas las capas ómicas para conocer qué está pasando en nuestros genes y hasta en nuestro metabolismo”, explica Josep M. del Bas, director de la Unidad Tecnológica de Nutrición y Salud de Eurecat.
De acuerdo con Bas, las ciencias ómicas generan oportunidades de innovación para las empresas alimentarias, con la caracterización de nuevos productos biotecnológicos, por lo que la integración multiómica aporta conocimiento amplio y profundo sobre el mecanismo de acción y la biología del sistema.
Puntos básicos sobre la ciencias ómicas y proteómica
Para conocer bien las ciencias ómicas es imprescindible entender qué es la proteómica y la metabolómica:
- La proteómica: Es el estudio del conjunto de proteínas o proteoma, es decir, su abundancia, estructura y funcionalidad. Muchas proteínas son enzimas que catalizan reacciones bioquímicas y son vitales para el metabolismo. Las proteínas también tienen funciones estructurales, mecánicas, de señalización celular, respuestas inmunitarias, adhesión celular.
- La metabolómica: Es el estudio del metaboloma o conjunto completo de metabolitos o moléculas pequeñas (<1.500 Da). El análisis del estado metabólico de un individuo conduce a la medicina y nutrición personalizadas, al descubrimiento de rutas relacionadas con patologías y a nuevos biomarcadores de diagnóstico y pronóstico: “Los metabolitos nos proporcionan medidas directas de los efectos que pueden tener en el fenotipo, los factores genéticos y de estilo de vida”.
Los alimentos funcionales
Los FOODOMICS son una nueva disciplina que estudia los dominios de alimentación y nutrición a través de la aplicación de tecnologías ómicas avanzadas para mejorar el bienestar, la salud y la confianza del consumidor.
Las aplicaciones de las ciencias ómicas en la alimentación pasan por posibilidades como la nutrición personalizada, mecanismos de eficacia biológica, la caracterización y cribado de ingredientes y productos o la seguridad alimentaria.
Por último, “el uso de las ciencias ómicas permite la identificación de variantes genéticas y de predisposición metabólica para poder formular un plan dietético a la medida de la salud cada persona”. Las nuevas metodologías de análisis de datos ómicos pueden generar mapas de la microbiota de cada individuo (enterotipo) y establecer su relación con su salud.
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