Recientemente, los científicos de la Universidad de Michigan desarrollaron papa cultivada en laboratorio, la cual tiene diversos beneficios nutricionales, ambientales y sociales. Lo cual podría transformar la manera en que se produce y consume uno de los alimentos más importantes del mundo.
Las papas se han enfrentado durante mucho tiempo a un dilema de almacenamiento. Históricamente hay dos opciones:
- almacenarlos a temperaturas frías
- almacenarlos a temperaturas ligeramente más altas (cercana a los 50 ° F)
Sin embargo, cuando se almacena a temperaturas frías, la sacarosa en las papas se activa para convertirse en azúcares reductores como la fructosa y la glucosa. Estos azúcares pueden crear productos oscuros y amargos cuando se exponen a altas temperaturas, junto con posibles carcinógenos y neurotoxinas.
Este dilema del almacenamiento significa que la industria alimentaria ha tenido que elegir entre dos resultados indeseables: productos de sabor amargo o un mayor riesgo de putrefacción. Como resultado se mantiene la calidad y la seguridad de los alimentos a base de papa.
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Beneficios de la papa cultivada para la industria alimentaria
De acuerdo con los investigadores, la papa ahora está genéticamente reprogramada para ignorar las señales que normalmente conducirían a la conversión de sacarosa en esos molestos azúcares reductores.
Ahora están colocando el gen en una orientación específica en el ADN que le dice a la papa que el gen no funcionará tan bien como solía hacerlo. Los especialistas destacan que no se trata de edición genética, sino más bien de ingeniería genética.
En ese sentido, los fabricantes de alimentos pueden almacenar sus papas a temperaturas óptimas durante más tiempo sin temor a que se pudran o se agrieten. Lo que conduce a una calidad de producto más saludable y consistente, menos desperdicio y costos potencialmente más bajos debido a un menor deterioro.
Esto, a su vez, puede conducir a una gran estabilidad en las estanterías para el envío, la apertura de nuevos mercados y la mejora de los esfuerzos de sostenibilidad en toda la industria.
Biofortificación: aumentando el valor nutricional
La biotecnología no solo ha mejorado la resistencia de las papas, sino que también ha abierto la puerta a su biofortificación. Es decir, la mejora de su valor nutricional.
Un ejemplo es el desarrollo de papas con mayor contenido de nutrientes esenciales, como la vitamina A, hierro y zinc, que son deficientes en muchas dietas alrededor del mundo.
Estos cultivos biofortificados tienen el potencial de combatir la malnutrición, especialmente en comunidades vulnerables donde las papas son un alimento principal.
La modificación genética ha permitido la introducción de genes que aumentan la síntesis de nutrientes específicos en la papa.
Por ejemplo, la papa dorada, que ha sido enriquecida con betacaroteno, un precursor de la vitamina A, puede ayudar a reducir la incidencia de deficiencias de esta vitamina en poblaciones donde esta es común.
Finalmente, estos avances demuestran cómo la biotecnología puede ser una herramienta poderosa no solo para mejorar la producción agrícola, sino también para promover la salud pública.
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