La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta de fibra dietética de al menos 25 gramos al día, pero las investigaciones indican que muchas personas no alcanzan ese objetivo.
En ese sentido, los especialistas de la industria alimentaria están analizando esta deficiencia de fibra dietética en la población mundial y las oportunidades que ofrecen los alimentos fortificados para mejorar la salud pública.
Al respecto, estudios recientes revelan que es posible aumentar significativamente la ingesta de fibra, logrando que más personas se acerquen a la ingesta recomendada, con un cambio de comportamiento mínimo.
Por ello, la colaboración entre científicos de alimentos, nutricionistas y la industria alimentaria es esencial para desarrollar productos que satisfagan las expectativas de los consumidores y brinden beneficios tangibles para la salud.
El consumo de fibra dietética está vinculado con la salud intestinal y la saciedad, y recientemente se ha prestado atención a su papel en la salud metabólica y el metabolismo de la glucosa en sangre.
Además, una ingesta suficiente de fibra puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como las cardiopatías.
Impacto de la brecha de fibra
Las pautas alimentarias para los estadounidenses 2020-2025 del Departamento de Agricultura de los EE. UU. establecen que más del 90 % de las mujeres y el 97 % de los hombres no alcanzan la ingesta recomendada de fibra dietética debido al consumo insuficiente de frutas, verduras y cereales integrales.
El Informe Científico del Comité Asesor de las Guías Alimentarias 2025 del año pasado vuelve a señalar la fibra dietética como uno de los nutrientes de preocupación para la salud pública debido a su bajo consumo. El informe sirve de base para el desarrollo de las guías 2025-2030.
En ese sentido, los expertos coinciden en que un número creciente de alimentos y bebidas con fibra prebiótica funcional ayuda a los consumidores a llenar este vacío.
Las fibras prebióticas, en particular, ofrecen una solución para ayudar a aumentar la ingesta de fibra y favorecer la salud digestiva general al promover el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.
Los profesionales de la industria estiman que se incorporen nuevas fibras prebióticas a diversos productos, como una taza de café por la mañana o una barra de chocolate por la noche, lo que permitirá a los consumidores satisfacer más fácilmente sus necesidades de salud intestinal y la ingesta diaria recomendada de fibra.
Además, las personas con afecciones de salud específicas o restricciones dietéticas pueden necesitar dietas personalizadas para controlar sus afecciones de manera eficaz, pero tal vez simplemente quieran mejorar su digestión y salud.
Recientemente se desarrolló un producto a base de fibra de acacia para apoyar los objetivos de fortificación de los fabricantes. Esta gama ofrece una garantía de un contenido mínimo de fibra del 90 %.

Prebióticos de origen vegetal
Por otra parte, los expertos destacan la inulina y la oligofructosa de raíz de achicoria como los “únicos prebióticos de origen vegetal” en el mercado que la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos reconoce oficialmente.
Explican que la investigación respalda los efectos fisiológicos de la inulina de achicoria sobre la salud, mejorando notablemente la salud digestiva y la frecuencia de las deposiciones.
La fibra de raíz de achicoria aumenta selectivamente la abundancia de bifidobacterias beneficiosas en el tracto gastrointestinal humano, lo que contribuye a un microbioma intestinal saludable que produce metabolitos beneficiosos dentro del cuerpo.
Por ello, la fortificación con fibra es esencial para ayudar a superar los malestares digestivos, que afectan cada vez a más personas.
Existe más evidencia científica que apoya las fibras de la raíz de achicoria en el apoyo a afecciones más allá del intestino, como la modulación de la inmunidad y la inflamación, así como el control de peso.
También es fascinante el prometedor campo del papel de fibras como la inulina en la influencia del eje intestino-cerebro, con posibles beneficios para la salud mental.
Consideran que la inulina es la fibra prebiótica convencional elegida por muchas marcas que buscan promocionar su fibra o su salud digestiva.
Sin embargo, los especialistas afirman que los problemas de formulación y las quejas de los consumidores sobre molestias gástricas están impulsando a los fabricantes a buscar una mejor opción.

Búsqueda de productos con fibra
La recomendación de los especialistas es que los departamentos de I+D se esfuercen por formular ingredientes con un rendimiento óptimo.
Esto garantizará que los niveles de inclusión se ajusten mejor a las afirmaciones sobre la salud intestinal, mejoren la salud intestinal de los consumidores sin causar molestias intestinales y resistan las técnicas de procesamiento habituales.
Para satisfacer esas demandas de fibras ya hay algunas opciones en el mercado, por ejemplo, una alternativa a la inulina, que recientemente obtuvo la certificación FODMAP Friendly.
La cual es resistente al calor y al pH, tiene baja viscosidad y una textura neutra en boca, y se puede usar en porciones pequeñas para cumplir con los requisitos prebióticos.
La fibra ha sido probada en aplicaciones que van desde café, té y otras bebidas hasta polvos de proteínas, suplementos, productos horneados, bocadillos y barras, y chocolate y confitería.
Finalmente, el creciente uso de afirmaciones sobre prebióticos en los lanzamientos de nuevos productos está generando un mayor escrutinio del mercado. Exige altos estándares de calidad en los productos y un contenido prebiótico suficiente para respaldar estas afirmaciones de salud y generar confianza en el consumidor.
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