A medida que la población mundial continúa en aumento y la demanda de alimentos se incrementa, la búsqueda de fuentes de proteínas sostenibles se vuelve cada vez más urgente.
En este contexto, los gusanos de la harina (larvas de Tenebrio Molitor) son consideradas una alternativa a las fuentes tradicionales de proteínas animales.
Los gusanos de la harina secos suelen contener entre el 47.1 y el 54.5 por ciento de proteína; entre el 29.5 y 39.9 por ciento de ácidos grasos insaturados, así como un 4.1 y 6.0 por ciento de fibra, según datos de la Unión Europea.
Pero a pesar de su valor nutricional destacado, el consumo directo de estos insectos sigue siendo bajo debido a barreras culturales y de aceptación.
Un nuevo estudio de la Universidad de Corea en Seúl está explorando técnicas de extracción avanzadas de proteínas que podrían superar estas limitaciones y mejorar la viabilidad de los insectos como fuente de alimentos.
El estudio, publicado en el Journal of Food Science, compara métodos convencionales y no convencionales para extraer proteínas de gusanos de la harina, buscan maximizar tanto la eficiencia como los beneficios para la salud de estos nutrientes.
Las técnicas convencionales incluyen la extracción alcalina y asistida por sal, mientras que los métodos no convencionales abarcan la extracción enzimática y el prensado mecánico con tornillo.
En la investigación se compararon los cuatro métodos de extracción de proteínas de gusanos de harina (alcali/sal/enzima/prensa de tornillos) por sus propiedades nutricionales y biológicas.
“La extracción alcalina mejoró el contenido proteico, el tratamiento enzimático mejoró el valor nutricional y la capacidad antioxidante, y la extracción asistida por sal exhibió efectos inmunomoduladores in vitro”, indicó.
“Los tratamientos con enzimas y sal produjeron concentrados de proteínas con propiedades antidiabéticas y antihiperglucémicas”, abundó la investigación.
Procesos convencionales contra los no convencionales
El estudio explica que la extracción alcalina, un método tradicional utilizado para solubilizar proteínas al ajustar el pH a un nivel alcalino, presenta desventajas como el alto consumo de agua y energía, así como la posible degradación de las proteínas por su alto procesamiento.
Mientras que la extracción asistida por sal, que mejora la solubilidad de las proteínas, también tiene limitaciones, como el uso de disolventes orgánicos y tiempos prolongados de agitación.
Los investigadores coreanos sostienen que a diferencia de los métodos convencionales para extraer las proteínas de gusanos de la harina, los no convencionales resultan ser soluciones más sostenibles y eficientes.
“La extracción asistida por enzimas, por ejemplo, descompone las estructuras celulares y mejora la solubilidad de las proteínas, además de reducir el uso de disolventes y el consumo de energía en comparación con los métodos tradicionales”, indica la investigación.
En el caso del prensado mecánico con tornillo tiene el potencial para mejorar las propiedades texturales de los concentrados de proteínas y reducir el impacto ambiental, a pesar de su menor contenido de proteínas comparado con los métodos más refinados.
Estos métodos, añade el documento, pueden conservar más compuestos bioactivos importantes, como antioxidantes y antiinflamatorios.
Los compuestos fenólicos (que protegen a las células del daño oxidativo), que se encuentran en los insectos y contribuyen a sus propiedades bioactivas, pueden preservarse con estas técnicas avanzadas.
Aportaciones para la industria alimentaria
La Unión Europea ya ha reconocido los gusanos de la harina como una fuente alimentaria viable desde 2015, y su uso se ha extendido a productos alimenticios a partir de 2021. A pesar de esto, el consumo de insectos sigue presentando limitaciones.
La investigación coreano sugiere que la extracción de nutrientes podría ser una alternativa para romper las barreras, al permitir integrar las proteínas de insectos en productos alimenticios, sin la necesidad de que los consumidores los ingieran enteros.
Además, los resultados destacas que los métodos no convencionales también son viables económicamente en la producción a gran escala de proteínas de insectos.
“Es importante tener en cuenta las limitaciones de este estudio, incluida la baja pureza de proteínas para los concentrados, los métodos de extracción de proteínas no optimizados y la influencia del contenido de sal en el sustrato del gusano de la harina”, añade el estudio.
“Se debe considerar un enfoque híbrido, que combine técnicas tradicionales e innovadoras, para optimizar el equilibrio entre el costo, el impacto ambiental, los beneficios para la salud y la eficacia en aplicaciones alimentarias o farmacéuticas”, concluye el estudio.
Con un menor potencial de calentamiento global y una menor necesidad de productos químicos, estas técnicas ofrecen una opción sostenible para satisfacer la demanda de proteínas ante el crecimiento de la población mundial.
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