El reto tecnológico reside en obtener estos ingredientes proteicos de una forma económica, técnicamente viable y sostenible. Y, aquí es donde la tecnología de CO2 supercrítico juega un papel fundamental.
Los consumidores son cada vez más sensibles a la protección del medio ambiente y la sostenibilidad de los productos que compran. Lo que estimula un rápido crecimiento de la demanda internacional de proteínas alternativas.
Estas oportunidades pueden dividirse en dos grandes categorías:
- Alternativas a la carne basadas en proteínas de origen vegetal
- La carne cultivada en laboratorio
En ese sentido, las “plant-based protein”, no sólo para el sector de alimentación ya que no se puede olvidar el sector de materiales biobasados y biodegradables, se traduce en la publicación de gran cantidad de artículos técnicos en revistas especializadas durante los últimos años.
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Tecnología de extracción supercrítica con CO2
Las estrategias de biorrefinería para el aprovechamiento integral de matrices de origen vegetal como fuentes alternativas de nutrientes suponen retos tecnológicos. Principalmente en las etapas de extracción y aislamiento de proteínas. Y es en este campo, donde la tecnología de extracción supercrítica con CO2 es una oportunidad por valorar en numerosas matrices.
AINIA desarrolla un producto centrado en las semillas oleaginosas, su amplio cultivo ha respondido durante décadas al gran motor económico que es la demanda de aceites vegetales. De esta manera, este mercado promueve la optimización de sistemas de desgrasado para maximizar rendimientos, minimizar costes y mejorar la calidad final de los aceites.
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CO2 supercrítico, tecnología sostenible para la extracción de aceites
La calidad de las proteínas se puede afectar negativamente por los sistemas convencionales y más extendidos. En este contexto, el uso de CO2 supercrítico como disolvente para la extracción de aceites, grasas y otros metabolitos de estas matrices es una alternativa tecnológica económica y técnicamente viable. Que además es extrapolable a otras matrices como cereales, frutos secos o harinas de insectos.
Además, el CO2 supercrítico es limpio, sostenible, apto para todos los mercados, y para producto con sello ecológico.
Si se gira el prisma y se pone el foco en la matriz desgrasada, la tecnología supercrítica puede aportar productos de mayor calidad. En ocasiones, por la mayor presencia de metabolitos con capacidad antioxidante. En otras por la reducción del contenido graso (productos con bajo aporte calórico usados como suplementos o ingredientes en sport based foods).
También los productos así obtenidos mejoran su estabilidad microbiológica y en ocasiones reducen la intensidad de determinados sabores no deseados.
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