España.- Un equipo de investigación de la Universidad de Jaén, en España, desarrolló un nuevo método de análisis para detectar hormonas en carnes y pescados en 15 minutos. El sistema es más exacto y preciso comparado con otros usados para vigilar la concentración de estas sustancias químicas a los niveles permitidos en estas proteínas.
El nuevo método emplea un volumen muy reducido de disolventes y es más respetuoso con el medio ambiente que los de uso habitual.
Esta metodología no supone una inversión extra para las empresas que desarrollan sus propios análisis o para laboratorios dedicados al control de calidad de este tipo de alimentos, ya que solo implica la extracción de las hormonas y el método para su determinación.
Una de sus principales ventajas es la eliminación de las impurezas que suelen contener los extractos de los alimentos durante su análisis y el aumento significativo de la sensibilidad en la determinación de las hormonas.
Por otro lado, al ser un procedimiento semiautomático, el análisis se realiza en menor tiempo y sin necesidad de control continuo por el técnico de laboratorio. Esto redunda en una mayor fiabilidad de los resultados y un ahorro energético.
El sistema fue validado para trece hormonas diferentes en productos comercializados en España procedentes de ocho países distintos.
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La presencia de hormonas en la carne
La presencia de hormonas es un requisito que todas las empresas de la industria alimentaria deben confirmar en los productos que ponen a la venta. Tanto las naturales, las que produce el organismo de cualquier animal, las sintéticas, como aquéllas creadas artificialmente, no deben aparecer en los productos para el consumo humano, ya que pueden generar problemas de salud relacionados con la fertilidad o el crecimiento.
Es por ello que la industria, en colaboración con las autoridades, han tratado de establecer métodos capaces de garantizar que los productos sean inocuos. Esta búsqueda ha provocado que este procedimiento gane relevancia dentro de la comunidad científica, ya que tendría un menor impacto ambiental y aumentaría la exactitud de los análisis que se realizan.
Según los expertos, este tipo de análisis se basan en el uso de volúmenes elevados de disolventes con la desventaja de ser más agresivos con el medio ambiente, como el metanol. Además, los procesos son más lentos e inexactos al requerir la dosificación controlada de líquido manualmente por un técnico de laboratorio.
Los científicos continúan sus estudios para la detección de hormonas en otros ámbitos, como las aguas y en otros tipos de alimentos diferentes a los productos cárnicos y pescados, con el objetivo de seguir optimizando el sistema y hacerlo más funcional y polivalente.
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