La creciente demanda de alimentos sostenibles ha llevado al desarrollo de nuevas alternativas basadas en proteínas vegetales, como el aislado de proteína de garbanzo, que se destaca por su pureza al 90 por ciento.
El nuevo aislado se está utilizando para crear alternativas lácteas y productos híbridos que combinan proteínas vegetales y lácteos.
Según los desarrolladores, estos híbridos son "altamente sostenibles" y están ganando aceptación entre los consumidores, por su similitud con los productos lácteos tradicionales en términos de color, sabor y textura.
Una de las principales ventajas de la proteína de garbanzo es su capacidad para replicar las características sensoriales de los productos lácteos sin sacrificar la calidad. Además, esta leguminosa contiene proteína, grasa, fibra y otros carbohidratos.
En comparación con otras fuentes vegetales, como la soja o el guisante, el garbanzo ofrece un mejor perfil en cuanto a sabor y textura, lo que lo convierte en una opción para alternativas lácteas.
La investigación y desarrollo en esta área ha permitido la creación de aplicaciones híbridas que buscan satisfacer tanto las expectativas del consumidor como las necesidades del mercado en cuanto a sostenibilidad.
Garbanzo tiene bajo impacto ambiental
Además de sus beneficios funcionales, el cultivo de garbanzos también destaca por su bajo impacto ambiental.
Este cultivo sostenible no requiere grandes cantidades de agua, enriquece el suelo con nitrógeno y se adapta bien a climas semidesérticos.
La producción del aislado de proteína sigue un proceso eficiente que minimiza el desperdicio y maximiza el valor nutricional del garbanzo, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad.
Al estar libre de alérgenos comunes como la soja y la lactosa, permite a las empresas crear productos con etiquetas más limpias y listas de ingredientes más cortas, algo que los consumidores valoran.
Con la expectativa de que la población mundial alcance los 10 mil millones de personas para 2050, las soluciones basadas en proteínas vegetales serán clave para asegurar una alimentación adecuada sin comprometer los recursos del planeta.
Las investigaciones actuales apuntan a que será imposible mantener las dietas tradicionales de proteínas animales en el futuro, por lo que el desarrollo de alternativas sostenibles es crucial.
Una proteína natural aliada
Un estudio del Instituto de la Grasa, ubicado en Sevilla, España de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla, describe cómo el aislado de proteínas vegetales es un sector en rápido crecimiento debido a la creciente necesidad por este tipo de opciones alternativas a la carne.
Aunque los aislados de proteína vegetal se han utilizado como ingredientes funcionales para mejorar la calidad nutricional y económica de los alimentos, el mercado había estado dominado principalmente por la proteína de soja.
Sin embargo, han surgido nuevas investigación poniendo el foco en el potencial de otras fuentes vegetales, especialmente el garbanzo, un cultivo abundante en la región mediterránea.
El garbanzo ha sido considerado, ya que aproximadamente el 20% de su producción dañada durante la cosecha y el procesamiento se destina a la alimentación animal a bajo costo.
Mientras los expertos sugieren que estas semillas "imperfectas" podrían reconvertirse en una valiosa materia prima para la producción de aislados proteicos de alta calidad.
“La técnica de extracción alcalina seguida de precipitación isoeléctrica es un método eficiente para la producción industrial de estos aislados”, señalan los investigadores.
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Agrega que “este proceso destaca por su bajo costo en insumos químicos y la simplicidad del equipamiento requerido, aventajando a otras técnicas como la ultrafiltración por membranas o la precipitación por dilución acuosa”.
Esta innovación no solo promete diversificar las fuentes de proteínas vegetales disponibles en el mercado europeo, sino que también se alinea con las políticas de sostenibilidad y autosuficiencia alimentaria de la Unión Europea.
Además, ofrece una solución para aprovechar subproductos agrícolas que hasta ahora se consideran de bajo valor, contribuyendo a una economía circular en el sector agroalimentario.
Toma impulso la demanda de proteínas alternativas
Se espera que el mercado global de proteínas de garbanzos crezca anualmente un 5.1 por ciento hacia el 2033, alcanzando un valor de 165 mil 100 millones para dicho año, de acuerdo con un reporte de Future Market Insights.
Este crecimiento está impulsado por la creciente demanda de proteínas orgánicas o vegetales, ya que los consumidores se inclinan cada vez más por ingredientes que ofrezcan mayores beneficios para la salud.
La proteína de garbanzo, rica en nutrientes como fibra, hierro y calcio, es vista como una alternativa saludable y sostenible.
“Además, su capacidad para reemplazar productos como huevos, lácteos y carne, junto con su perfil libre de alérgenos y gluten, la hace cada vez más popular en la industria alimentaria”, expusieron los investigadores de Future Market Insights.
La proteína de garbanzo ha demostrado beneficios para la salud, como la regulación del azúcar en sangre y el control del apetito, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan mejorar su dieta y controlar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, la producción de garbanzos enfrenta desafíos ambientales que podrían limitar su disponibilidad. Factores como el clima y la calidad del suelo juegan podrían afectar su producción, afectando tanto la cantidad como la calidad de las proteínas derivadas de los garbanzos.
A pesar de estos desafíos, se espera que el mercado de proteínas de garbanzos continúe en expansión, con aplicaciones que van desde alimentos veganos hasta productos nutracéuticos.
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