El crecimiento poblacional y la creciente demanda de alimentos sostenibles han impulsado la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías en la industria alimentaria. Una de las innovaciones más prometedoras es la agricultura celular, que se centra en la producción de alimentos, en particular carne cultivada.
Esta tecnología tiene el potencial de transformar la forma en que producimos proteínas animales, reduciendo significativamente el impacto ambiental, mejorando la trazabilidad y ofreciendo un producto final de alta calidad nutricional.
En el Webinar Carne cultivada: Ciencia, sostenibilidad y el futuro en tu plato, Ana Torrejón, responsable de Microbiología y Biotecnología Industrial de AINIA, destaca que la biotecnología es una estrategia tecnológica capaz de generar proteínas alternativas a la carne de una manera altamente eficiente, sostenible.
El papel de la agricultura celular
La agricultura celular se fundamenta en la obtención y proliferación de células animales mediante técnicas de cultivo in vitro. El proceso inicia con la recolección de una muestra de tejido, de la cual se aíslan células madre o células satélite.
Posteriormente, estas células se cultivan en medios específicos, enriquecidos con nutrientes, factores de crecimiento y otros componentes necesarios para su diferenciación en tejido muscular, graso y conectivo, elementos fundamentales para replicar la estructura y funcionalidad de la carne convencional.
La especialista señala que el cultivo celular se realiza en biorreactores, que permiten controlar de forma precisa parámetros como la temperatura, el pH y el suministro de oxígeno, garantizando condiciones óptimas para el crecimiento celular.
La ingeniería de tejidos aplicada a la carne cultivada no solo requiere el crecimiento exponencial de las células, sino también la inducción de su organización tridimensional para simular la textura y apariencia de la carne natural.

Avances tecnológicos recientes
En los últimos años, la investigación en agricultura celular ha experimentado avances significativos. Uno de los principales logros ha sido el desarrollo de medios de cultivo libres de suero, lo que reduce la dependencia de productos animales y mejora la sostenibilidad del proceso.
Los investigadores han logrado formular medios basados en componentes sintéticos y derivados vegetales, lo cual disminuye el coste y facilita la escalabilidad del cultivo celular.
Asimismo, la optimización de biorreactores permite aumentar la eficiencia del proceso de cultivo. La implementación de sistemas de agitación y perfusión contribuye a mejorar la distribución de nutrientes y oxígeno, lo que a su vez promueve la diferenciación y maduración de las células.
Estas innovaciones han llevado a una mayor tasa de crecimiento y a la obtención de tejidos más homogéneos, acercando la carne cultivada a las características organolépticas de la carne tradicional.
Otro avance relevante es el desarrollo de andamios biocompatibles, que facilitan la formación de estructuras tridimensionales complejas.
Los andamios proporcionan un soporte físico para que las células se adhieran y organicen, permitiendo la formación de fibras musculares y la integración de células adiposas. Esto es esencial para replicar la textura y el sabor característicos de la carne, aspectos críticos para la aceptación del consumidor.

Principales desafíos
A pesar de los avances, la implementación a gran escala de la carne cultivada enfrenta importantes desafíos técnicos. Uno de los retos más significativos es la optimización de los medios de cultivo para reducir costos sin comprometer la calidad y seguridad del producto final.
La formulación de medios libres de suero ha sido un paso crucial, pero aún se requiere un mayor esfuerzo para conseguir una solución económicamente viable para la producción masiva.
Otro aspecto técnico es el escalado del proceso de cultivo. La transición de laboratorios a instalaciones industriales implica desafíos en la gestión de la bioproducción, la estandarización de procesos y la garantía de condiciones de asepsia.
Los biorreactores de gran escala deben mantener un control preciso sobre variables críticas, lo que demanda sistemas de monitoreo y automatización avanzados. La integración de tecnologías de Inteligencia Artificial y Big Data se está explorando para optimizar estos procesos y anticipar posibles fallas operativas.
Además, la ingeniería de tejidos aplicada a la carne cultivada requiere innovaciones en el diseño de andamios y en la estimulación mecánica de las células.
La recreación de la estructura del tejido muscular natural implica no solo la proliferación celular, sino también la formación de una red vascular que permita la distribución de nutrientes en volúmenes de tejido mayores.
Actualmente, los científicos están investigando técnicas de microfluídica y bioprinting para crear estructuras vasculares dentro de los tejidos cultivados, lo que podría marcar un avance decisivo en la elaboración de productos cárnicos complejos.
¿Cuál es el impacto ambiental de la producción de la carne cultivada?
Uno de los argumentos más sólidos a favor de la carne cultivada es su potencial para reducir el impacto ambiental asociado con la producción ganadera tradicional. La producción de carne convencional requiere grandes cantidades de agua, tierras agrícolas y genera emisiones significativas de gases de efecto invernadero.
En contraste, la carne cultivada puede producirse con una huella ecológica considerablemente menor. Estudios recientes han demostrado que, incluso considerando el consumo energético de los biorreactores, el impacto total en términos de emisiones y uso de recursos es inferior al de la ganadería convencional.
La sostenibilidad también se ve favorecida por la posibilidad de controlar el proceso de producción de manera más precisa, lo que minimiza desperdicios y reduce riesgos de contaminación.
La trazabilidad del proceso es otro factor crucial, ya que permite monitorear cada etapa del cultivo celular, garantizando un producto final seguro y de alta calidad. Estas ventajas posicionan a la agricultura celular como una alternativa viable para enfrentar los desafíos de seguridad alimentaria de este siglo.

Aspectos regulatorios y aceptación del mercado
La introducción de la carne cultivada en el mercado global depende no solo de los avances técnicos, sino también de la evolución del marco regulatorio.
Las autoridades sanitarias y de seguridad alimentaria están trabajando en la elaboración de normativas específicas que aseguren que estos productos cumplan con los estándares de inocuidad y calidad requeridos.
La transparencia en el proceso de producción y la validación científica de los métodos utilizados son elementos esenciales para generar confianza tanto en los consumidores como en los actores de la industria.
La aceptación del mercado también se ve influenciada por aspectos culturales y sociales. Aunque la tecnología ofrece ventajas evidentes en términos de sostenibilidad y eficiencia, es necesario un trabajo conjunto entre científicos, reguladores y comunicadores para educar al público sobre los beneficios de la carne cultivada.
Diversos estudios de mercado sugieren que, con una comunicación adecuada y la garantía de seguridad, los consumidores están dispuestos a adoptar estos productos como parte de su dieta habitual.
Finalmente, el futuro de la agricultura celular es prometedor, pero su éxito dependerá de la integración de avances multidisciplinarios en biología, ingeniería y tecnologías de la información.
Las investigaciones actuales se orientan hacia el perfeccionamiento de los biorreactores, el desarrollo de medios de cultivo más económicos y la creación de estructuras tisulares cada vez más complejas.
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