Las proteínas alternativas, como una solución para mejorar la seguridad alimentaria y mitigar el impacto ambiental, deberían ser parte ya de la agenda de salud mundial, consideran especialistas.
La transición a estas opciones “naturales” no solo puede aliviar la presión sobre el intenso uso de los recursos naturales, sino también mejorar la seguridad alimentaria a nivel global, al evitar la conversión de tierras productivas en áreas para el ganado.
Aunque las proteínas vegetales como las microbianas y cultivadas requieren tierras agrícolas, pueden resultar en un uso más eficiente de los recursos al reducir la necesidad de cultivar alimentos para animales.
En materia de seguridad alimentaria, fomentar el consumo de proteínas alternativas es una vía para reducir el riesgo asociado con brotes de enfermedades zoonóticas como la gripe aviar y la gripe porcina, provocadas por las prácticas actuales de producción de carne, lácteos y huevos, resalta el GFI.
Según datos citados en el documento, alrededor del 60% de las nuevas enfermedades infecciosas tienen su origen en animales, ya sean salvajes o domésticos.
Un informe de las Naciones Unidas señala que el aumento de la producción ganadera y el consumo excesivo de carne son factores que han acelerado las prácticas de cría de ganado en condiciones de hacinamiento, lo cual aumenta el riesgo de brotes de enfermedades zoonóticas o transmitidas por animales.
Esta problemática trae consigo otro riesgo. Ante la necesidad de prevenir enfermedades en los establos para la cría de animales, los ganaderos han recurrido a un mayor uso de antibióticos, lo que a su vez contribuye al desarrollo de bacterias resistentes, expuso en un artículo Chelsea Montes de Oca, especialista en Good Food Institute (GFI).
No dejes de leer: El papel de la tecnología para el desarrollo de proteínas alternativas
Uso de antibióticos
La resistencia a los antibióticos, una consecuencia directa del uso excesivo de estos fármacos en la producción animal, es una amenaza para la salud global.
“A nivel mundial, la mayor parte del aumento en el uso de antibióticos es atribuible a la industria cárnica, y los pollos reciben tres veces más antibióticos que el ganado”, expuso la especialista.
La especialista de GFI añadió que para 2050, se estima que las superbacterias resistentes a los antibióticos podrían matar a 10 millones de personas al año. En los Estados Unidos, más de 2.8 millones de infecciones resistentes a los antimicrobianos ocurren cada año y más de 35 millones de personas mueren como resultado.
Ante este panorama, la experta instó a considerar alternativas en la producción alimentaria. "No podemos confiar en más de lo mismo. Necesitamos invertir en proteínas alternativas", subrayan.
Las proteínas, derivadas de plantas o cultivadas en laboratorios, no solo ofrecen una solución sostenible, sino que también reducen el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas al minimizar el contacto directo entre humanos y animales de granja.
“La carne cultivada, carne animal real hecha de células, se produce en un entorno limpio y controlado que ofrece ventajas para la seguridad del producto y la gestión de riesgos, incluida una reducción significativa de contaminantes, patógenos transmitidos por los alimentos, antibióticos y otros aditivos que se encuentran en la carne de granja”, sostuvo Chelsea Montes de Oca.
Plant-based y la lucha contra la degradación ambiental
En materia de mitigación ambiental, la producción a escala de proteína vegetal puede transformar el uso de la tierra , mejorando la biodiversidad y contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
Barbara Wyse, de Highland Economics, explicó cómo la adopción masiva de proteínas alternativas podría ayudar a Estados Unidos a alcanzar sus objetivos de conservación y restauración para 2030.
Lo anterior, ya que refirió que las proteínas alternativas requieren entre un 50 y un 90 por ciento menos de tierra que las proteínas animales convencionales.
Barbara Wyse refirió que un informe destaca que el cambio hacia proteínas alternativas reduciría la cantidad de tierra necesaria para la producción de alimentos. Solo si Estados Unidos aumenta un 50% el consumo de proteínas alternativas, se liberarían millones de hectáreas actualmente dedicadas a la ganadería.
La investigación presentada por la especialista muestra que, al diversificar la oferta de proteínas para incluir alternativas, se podría restaurar una superficie de tierras equivalente al tamaño de Dakota del Sur y permitir la restauración de hasta el 64% de los ecosistemas amenazados en Estados Unidos.
Por lo que la especialista hizo un llamado a las organizaciones de conservación y a los responsables de políticas para que apoyen la investigación y el desarrollo de proteínas alternativas.
Sugirieron aumentar el financiamiento gubernamental para la investigación, evaluar los impactos socioeconómicos de la adopción de estas proteínas, y optimizar la eficiencia del uso de la tierra.
Finalmente, se destacó que tanto las proteínas vegetales como las microbianas y cultivadas requieren tierras agrícolas, pero pueden resultar en un uso más eficiente de los recursos al reducir la necesidad de cultivar alimentos para animales.
Una opción para alimentar a miles de millones de personas
Para el 2050 la ONU estima que la población mundial será de 10 mil millones de personas. Este aumento poblacional va a requerir de una producción todavía a mayor escala a la actual de carne, mariscos, huevos y lácteos.
Para hacer frente a esta demanda sin seguir deteriorando el ecosistema y protegiendo la seguridad alimentaria, los especialistas sugieren que las proteínas alternativas de origen natural deberían tomarse más en cuenta como una solución viable, aunque no única, a los problemas urgentes de hoy y del futuro.
“Desafortunadamente, este campo está actualmente muy subfinanciado y subrepresentado. Al igual que los gobiernos invierten en el desarrollo de vacunas, deben priorizar el financiamiento público para la investigación de proteínas alternativas e incentivar la actividad del sector privado”, sugirió la especialista de Good Food Institute.
Señaló que este apoyo es vital para escalar la industria y cumplir con las expectativas de los consumidores sobre el gusto, el sabor y el precio de la proteína alternativa, lo que permite una adopción generalizada.
“Los defensores de la salud pública deben promover una agenda global que incluya el apoyo a estos nuevos y prometedores métodos de producción de proteínas. No podemos avanzar en nuestros objetivos de salud global con nuestro sistema alimentario trabajando en nuestra contra”, finalizó la experta de GFI.
Te recomendamos: El papel de las proteínas alternativas en la creación de un sistema alimentario sostenible