Expertos en alimentación y salud pública analizaron los desafíos actuales y las oportunidades en materia de inocuidad y seguridad alimentaria. Hicieron un llamado para actuar a fin de fortalecer los sistemas de inocuidad alimentaria e implementar estrategias que garanticen la seguridad en la industria ante un mundo cambiante.
Joaquín Nava, especialista senior en gestión del riesgo estratégico en la industria alimentaria, dijo que la industria alimentaria enfrenta una serie de presiones y desafíos sin precedentes que ponen en riesgo la seguridad alimentaria a nivel mundial.
Durante su participación en el webinar “Día Mundial de la Inocuidad de los alimentos: Prepárese para lo inesperado”, puntualizó que eventos recientes como las disrupciones en las cadenas de suministro debido a conflictos globales e inflación han puesto bajo presión a esta industria.
A lo anterior se suman los cambios en las expectativas de los consumidores, que demandan mayor transparencia e información; así como los avances tecnológicos (como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático); nuevas regulaciones que fortalecen los requisitos de trazabilidad.
También se enfrentan preocupaciones ambientales y la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles y la alta rotación de personal que afecta las operaciones de las empresas.
“Hoy, deberíamos estar preparados como empresas para atender incidentes que no necesariamente son provocados por nuestras organizaciones, sino que por factores externos”, sugirió.
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El también Fundador y CEO en Grupo Delcen México resaltó que ante tales retos, las empresas alimentarias deberían replantear sus estrategias, fortalecer sus sistemas de gestión de seguridad alimentaria y prepararse para lo inesperado.
Subrayó la importancia de desarrollar una sólida cultura de inocuidad alimentaria y mejorar la capacidad de respuesta ante crisis potenciales.
En la medida que las empresas se puedan medir estarán listas para enfrentar lo inesperado, por lo que citó cinco recomendaciones:
- Regresar a los fundamentos: reforzar los sistemas de gestión, empezando por las buenas prácticas
- Desafiar el sistema de gestión
- Desarrollar liderazgos permanentes
- Coloquen a las personas en el centro de las decisiones
- Llevar a cabo evaluaciones de riesgo
“Los problemas de inocuidad y las fallas de producto no son incidentes aislados ni resultado de la mala suerte. Ocurren porque estamos en una zona de confort', advirtió un especialista del sector.
Blindarse ante alérgenos inesperados
En el mismo webinar, Carolina Motto, consultora especializada en gestión de alérgenos alimentarios en la industria, habló de la importancia de implementar rigurosos sistemas de gestión de alérgenos en la industria alimentaria.
Recomendó implementar un sistema de evaluación de riesgos para nuevos proveedores o materias primas y establecer categorías según el nivel de riesgo que puede ser bajo, medio o alto, de acuerdo con el perfil alergénico y las prácticas de producción.
Además, sugirió mantener un plan de control adaptado según el nivel de riesgo, que incluyan análisis de lotes y muestreos periódicos.
"Los materiales son la principal vía de ingreso de alérgenos inesperados a las plantas de producción", señaló la especialista. "Conocer en todo momento el contenido alergénico de los materiales nos permite blindar la planta contra incidentes potencialmente graves", agregó.
Este enfoque en la gestión de alérgenos es fundamental, recalcó, para prevenir incidentes que pongan en riesgo la salud de los consumidores y la reputación de las empresas alimentarias.
Alergias alimentarias, un caso que atender
Raquel Picornell, fundadora de la ONG México sin Alérgenos, expuso que el número de alergias alimentarias y enfermedad celíaca a nivel mundial ha aumentado.
Refirió que cada tres minutos ingresa a urgencias una persona con una reacción alérgica alimentaria, y el 25% de estas reacciones se dan fuera del hogar.
Por ello, dijo que es importante promover una mayor concientización y educación sobre alergias alimentarias, intolerancia al gluten y otras dietas especiales, ya que hasta un 36 por ciento de la población restringe algún alimento en su dieta.
Picornell explicó que para el año 2050, se estima que cuatro mil millones de personas en América podrían verse afectadas por estas condiciones.
Entre las soluciones propuestas, mencionó la importancia de implementar etiquetados claros y precisos en los alimentos, siguiendo las mejores prácticas internacionales.
También hizo un llamado a la industria alimentaria y al sector de restaurantes para que se capaciten en la gestión de alérgenos y ofrezcan opciones seguras e inclusivas.
En su presentación resaltó el potencial económico de atender este mercado, pues el sector de alimentos libres de alérgenos está creciendo a un ritmo del 13.25 por ciento anual.
La colaboración entre gobierno, industria, academia y sociedad civil es fundamental para garantizar una alimentación segura e inclusiva para todos.
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