Actualmente, la humanidad necesitaría los recursos de tres a cuatro planetas para poder satisfacer a la creciente población mundial. Más del 30% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) son atribuibles al sistema alimentario, y el desperdicio alimentario es una de las mayores fuentes de ineficiencia en este sistema.
En 2021, las cifras mundiales de hambre aumentaron a 828 millones de personas, por lo que invertir la tendencia al desperdicio de alimentos ahorraría suficientes alimentos para satisfacer a 2 mil millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los datos del desperdicio son desalentadores, ya que la OMS reveló que, si el desperdicio de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor contribuyente de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que representa un serio problema ambiental.
Existe una paradoja mundial entre la creciente cantidad de alimentos comestibles que se pierden a lo largo de la cadena de suministro y la escasez de alimentos que resulta en cientos de millones de personas que sufren de malnutrición.
Por este motivo, las industrias buscan crear una sinergia junto con los consumidores para evitar que el desperdicio sigue en aumento. La urgencia de esta tarea se ha hecho más evidente a medida que los recientes acontecimientos mundiales revelan la fragilidad del sistema alimentario actual.
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Reciclaje del desperdicio alimentario
Las industrias de la carne y la panadería son dos de los mayores contribuyentes al desperdicio de alimentos.
- El pan es el mayor volumen de alimentos desperdiciados, con 630 millones de rebanadas desperdiciadas cada día
- Más del 20% de la carne se desperdicia, lo que la convierte en el mayor contribuyente de residuos cuando se trata de valor y emisiones totales de carbono
Durante el webinar, Upcycling and Eliminating Food Waste: Closing the Loop, especialistas del Kerry Health and Nutrition Institute, explicaron que este desperdicio ocurre en entornos de distribución o venta minorista como tiendas de comestibles o en hogares de consumidores.
Se estima que la mitad del desperdicio de alimentos de los consumidores podría evitarse con días adicionales de vida útil, lo que significa que, extender la calidad y la seguridad de los productos a través de una mejor conservación, es una forma clave de disminuir este resultado negativo”, comentó Juan Aguiriano, jefe de sostenibilidad en el Grupo Kerry.
Otra de las alternativas que proponen los expertos de Kerry es el de reciclar el desperdicio de alimentos, estos se adquieren y producen utilizando cadenas de suministro verificables y tienen un impacto positivo en el medio ambiente.
#SafeFood production helps to improve sustainability, minimize environmental damage & reduce food loss and waste.
Investing in #FoodSafety today will reap future rewards 👉https://t.co/N6Y9dkNiKl pic.twitter.com/hfCe5jIAP8
— World Health Organization (WHO) (@WHO) June 7, 2021
Alimentos del futuro tendrán su base en los residuos de alimentos
A partir de residuos de cítricos, caqui y sandía se intenta obtener ingredientes naturales con propiedades de utilidad para la industria alimentaria. Con este proyecto, los jugadores del sector tendrán el desafío de desarrollar postres lácteos, gominolas, snacks o toppings.
El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), AINIA y Productos Lácteos Romar participaron en el proyecto VALUÓS, con el que buscan valorización de subproductos agrícolas para obtener ingredientes con propiedades tecnológicas y nutricionales mejoradas.
Dicho proyecto, que cuenta con el apoyo de la Agencia Valenciana de Innovación (AVI), está desarrollado por un consorcio formado por IATA-CSIC, AINIA, Productos Lácteos Romar y la colaboración de ANECOOP.
En él se investiga la posibilidad de sustituir algunos de los ingredientes estabilizantes o texturizantes habituales en la elaboración de postres lácteos y en gominolas, por extractos ricos en pectina obtenidos a partir de los residuos.
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