La emergencia sanitaria causada por la pandemia del Covid-19 ha puesto en la mesa la importancia de cuidar los recursos naturales para evitar otra crisis como la que se vive en la actualidad. Es por ello que las prácticas para aminorar el impacto negativo en los ecosistemas se han convertido en el foco de organizaciones no gubernamentales, que suman fuerzas para apostar por la pesca sustentable para garantizar la producción y mantener al ecosistema sin afectaciones.
La actividad pesquera tiene gran relevancia dado que una de cada diez personas depende de pescados y mariscos para alimentarse, por tanto, las prácticas para garantizar la vida de las especies que se consumen es el foco de la apuesta por la sustentabilidad dentro del sector pesquero.
La sobreexplotación de recursos es uno de los peligros de esta actividad económica y ocurre cuando las especies son explotadas sin conocer su estado poblacional y se incumplen con las recomendaciones científicas sobre cuánto extraer y de qué tamaño. Es por ello que dentro de este manejo sustentable de la pesquería se debe considerar la variable social para que, además de causar un menor impacto negativo en el ecosistema, genere mayores beneficios para los pequeños pescadores.
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Acuicultura Sustentable
El desarrollo de la acuicultura sostenible y la ordenación pesquera eficaz son fundamentales para mantener el avance de 14 por ciento en la producción pesquera, de 527% en la acuícola y de 122 por ciento en el consumo que se registró de 1990 a 2018, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“En el caso de las pesquerías, hay cada vez más pruebas de que, cuando se gestionan adecuadamente, las poblaciones están constantemente por encima de los niveles objetivo o en recuperación. Sin embargo, los éxitos logrados en algunos países y regiones no han sido suficientes para revertir la tendencia mundial de las poblaciones sobreexplotadas”, dice la organización en el informe Estado Mundial de la Pesca 2018.
En México también hay avances respecto a la sustentabilidad en la pesca de atún, además de protocolos que buscan aminorar el impacto en los ecosistemas a través del trabajo conjunto con las autoridades y garantizar que se respeten los procesos y periodos de veda, los cuales considera son los primeros escaños de la sustentabilidad.
La certificación de MSC en la pesca
Para impulsar la pesca sustentable, Marine Stewardship Council (MSC), una organización independiente y sin fines de lucro, anunció que comenzará a trabajar en México en diversos frentes para combatir el problema de la pesca no sostenible, salvaguarda de los recursos marinos para las generaciones actuales y futuras.
“Para nosotros es muy importante empezar a comunicar de una manera más amplia y más decidida el trabajo de SMC a nivel internacional, que mantiene un estándar para la pesca sostenible. Este estándar se creó con un proceso muy amplio, de mucha discusión y de mucha participación de la comunidad científica”, declaró Luis Bourillón, representante en México, Centro América y el Caribe de MSC.
El estándar está conectado a un programa de certificación y ecoetiquetado para la pesca salvaje y la pesca silvestre y para poder lograr obtener el derecho de usar esta etiqueta conocida como el pescadito azul las pesquerías deben ser evaluadas por expertos independientes. Además las pesquería deben contar con un soporte científico y demostrar que cumplen con el estándar de pesca sostenible. Este proceso de evaluación que dura más de un año.
MSC utiliza este programa como un instrumento para contribuir a la salud de los océanos en el mundo, para influir en las elecciones del consumidor cuando compra pescados y mariscos, y para trabajar con todas las partes interesadas.
Las certificaciones del MSC también consideran un estándar para pesquerías que determina su nivel de sostenibilidad, que no discrimina por la escala ni por el nivel de industrialización de las mismas. También califica el aprovechamiento racional que éstas hacen del recurso, la reducción de los impactos de la pesca en el ecosistema, y una administración orientada al cumplimiento de las leyes y normas locales y nacionales.