El desperdicio de alimentos es un fallo del mercado que provoca que cada año se tiren a la basura alimentos por valor de más de 1 billón de dólares.
También es un fracaso medioambiental: se calcula que el desperdicio de alimentos genera entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (incluyendo tanto la pérdida como el desperdicio), y ocupa el equivalente a casi el 30% de las tierras agrícolas del mundo.
Es preciso detener la pérdida y desperdicio de alimentos en México ↗
En el país cada año el desperdicio de alimentos asciende a más de 20 millones de toneladas
La conversión de ecosistemas naturales para la agricultura ha sido la principal causa de pérdida de hábitats. Con la misma urgencia, el desperdicio de alimentos está perjudicando a las personas: mientras se tiran alimentos a gran escala, hasta 783 millones de personas pasan hambre cada año.
Y 150 millones de niños menores de cinco años sufren retrasos en el crecimiento y el desarrollo debido a la falta crónica de nutrientes esenciales en sus dietas.
En el Webinar Desperdicio y pérdida de alimentos en América Latina y el Caribe destaca que para impulsar las medidas necesarias para reducir el desperdicio de alimentos y alcanzar el ODS 12.3, es fundamental saber cuánto se desperdicia.
Medir el desperdicio de alimentos permite a los países comprender la magnitud del
problema (y, por tanto, el tamaño de la oportunidad), al tiempo que proporciona una base de referencia con la que se puede medir los avances.
Así se define el desperdicio de alimentos
De acuerdo con el Informe sobre el índice de desperdicio de alimentos 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el “desperdicio de alimentos” se define como los alimentos y las partes no comestibles asociadas que se retiran de la cadena de suministro de alimentos para consumo humano en los tres sectores siguientes:
- comercio minorista
- servicios alimentarios
- hogares
Como resultado, las estimaciones incluyen tanto las partes “comestibles” como las “no comestibles” de los alimentos. Hay tres razones fundamentales por las que merece la pena prestar atención a las partes “no comestibles”:
- La distinción entre lo que es “comestible” o “no comestible” a menudo no está clara. Muchas partes de animales o pieles de frutas y verduras pueden eliminarse en algunas culturas, o para algunos usos, mientras que en otras se comen habitualmente.
Las patas de pollo, por ejemplo, se consumen habitualmente en algunas partes del mundo, pero no en otras. Incluso dentro de una misma cultura, la “comestibilidad” puede depender del grado de procesamiento, y las percepciones de comestibilidad debidas a preferencias personales pueden variar dentro de una misma familia. Por ejemplo, la piel de naranja puede “volverse” comestible si se transforma en mermelada.
- El reciclaje de los alimentos permite reintegrar las partes “no comestibles” en la cadena de suministro humano. Puede ser para consumo humano directo, como la integración de los granos usados de los cerveceros en productos de panadería y meriendas ricas en proteínas, o desviando los excedentes de alimentos “no comestibles” a la alimentación animal cuando sea seguro hacerlo.
Un sistema alimentario circular implica aplicaciones útiles de todas las partes, y a través de enfoques circulares, las partes normalmente consideradas “no comestibles” pueden ayudar a mejorar la seguridad alimentaria.
- Desde una perspectiva práctica, los métodos recomendados para medir el desperdicio de alimentos se aplican en primer lugar, a todos los desperdicios de alimentos, de los que posteriormente se podrían desglosar las partes comestibles.
Es difícil medir con precisión el desperdicio de alimentos comestibles sin medir también las partes no comestibles. El indicador 12.3.1(b) de los ODS permite informar por separado de las partes no comestibles cuando se han medido.
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Cómo se calcula el índice de desperdicio de alimentos
Según el informe, para cada sector de un país, el nivel de desperdicio de alimentos se expresa como un índice relativo al nivel de desperdicio de alimentos en el año de referencia. Un valor de:
- 100 indicaría el mismo nivel de desperdicio de alimentos en ese sector que el año de referencia; y
- 50 indicaría que el desperdicio de alimentos en ese sector se había reducido a la mitad desde el año de referencia, en consonancia con la meta del ODS 12.3.
Los índices de cada sector no se combinan en un único índice de desperdicio de alimentos, lo que permite comunicar con mayor facilidad los datos detallados de cada sector y soluciona los problemas que surgen cuando un país no puede informar sobre todos los sectores en un único ciclo de reporte.
¿Qué ocurre con los sectores minorista y de servicios alimentarios?
Ha habido pocos cambios en la disponibilidad y la cobertura de los datos sobre el desperdicio de alimentos en los sectores minorista y de servicios alimentarios, y sigue habiendo una falta de datos nacionales precisos fuera de los países de ingresos altos.
Se trata de una importante laguna de datos que se debe en parte a la dificultad de medir con precisión múltiples subsectores (tanto el sector de los servicios alimentarios como el de la venta al por menor contienen múltiples entornos cualitativamente diferentes) y a las dificultades para escalar las estimaciones por factores nacionales apropiados (como la cantidad de alimentos servidos en un subsector concreto).
A medida que más países empiecen a medir sus residuos alimentarios en los sectores minorista y de servicios alimentarios, y que sus mediciones abarquen más subsectores que en la actualidad, se espera que las estimaciones de residuos alimentarios aumenten debido a una cobertura más amplia.
Es fundamental abordar esta laguna de datos mediante una mayor medición, y la reducción del desperdicio de alimentos en estos entornos puede ayudar a las empresas a reducir los costos de su funcionamiento y de la eliminación de residuos.
Mensajes clave del Índice de Desperdicio de Alimentos 2024
- En 2022, el mundo desperdició mil 050 millones de toneladas de alimentos. Esto supone el desperdicio de una quinta parte (19%) de los alimentos disponibles para los consumidores, un desperdicio procedente tanto del comercio minorista como de los hogares y los proveedores de servicios alimentarios.
- La mayor parte del desperdicio mundial de alimentos procede de los hogares. Del total de alimentos desperdiciados en 2022, los hogares fueron responsables de 631 millones de toneladas, equivalentes al 60%; el sector de proveedores de servicios alimentarios, de 290 millones; y el sector de minoristas, de 131 millones.
- Reducir el desperdicio de alimentos aporta beneficios adicionales. La pérdida y el desperdicio de alimentos generan entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), lo que representa casi cinco veces las emisiones totales del sector de la aviación. Una pérdida que contrasta con la situación actual en la que 783 millones de personas que padecen hambre y un tercio de la humanidad se enfrenta a la inseguridad alimentaria.
- En los hogares se desperdician al menos mil millones raciones de comida cada día. En promedio, cada persona desperdicia 79 kg de comida al año. Cada día se desperdicia en los hogares de todo el mundo el equivalente a al menos mil millones de raciones de comida comestibles, según un cálculo muy conservador de la proporción de alimentos comestibles desperdiciados.
- El desperdicio de alimentos no es sólo un problema de los países ricos. Debido a que la cobertura de datos se ha incrementado casi al doble desde que se publicó el Informe del Índice de Desperdicio de Alimentos 2021, se ha producido una mayor convergencia en el promedio de desperdicio de alimentos per cápita en los hogares. La cantidad de alimentos desperdiciados en los hogares de los países de ingreso alto, medio alto y medio-bajo difiere en un promedio de tan solo 7 kg por persona al año.
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