Reducir el riesgo de proliferación de bacterias patógenas mediante la monitorización de las condiciones de frío adecuadas, resulta en una acción fundamental para conservar y, sobre todo, mantener lo alimentos con una vida útil mucho más larga, es lo que explicó Ernesto González Fernández del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE).
De acuerdo con Fernández, el control de la temperatura durante el transporte de productos perecederos es un aspecto esencial para el proceso logístico. Y es que, junto con la optimización de las etapas del ciclo de distribución, permitirá mantener la calidad, y reducir rechazos, mermas y reclamaciones.
De acuerdo con el último informe disponible de La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2020, la producción mundial de carne fue de unos 337 millones de toneladas, lo que corresponde a más de tres veces la cantidad de carne producida hace cincuenta años.
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La importancia de la monitorización
Los sistemas de monitorización y trazabilidad de las cadenas de producción y distribución de alimentos perecederos, y en especial de los productos cárnicos, integran conjuntos de sensores, dispositivos de comunicación inalámbrica y tecnologías como el blockchain para asegurar la transparencia de la información y garantizar seguridad de los distintos procesos y estados por los que ha pasado el producto hasta su llegada al usuario final.
Para Ernesto González, resulta primordial realizar un estudio de toda la cadena logística para tener una primera aproximación de los puntos más débiles, así como analizar el producto que se pretende monitorizar y conocer las variables que afectan a su calidad. Y, con base en ello, se ha de realizar una búsqueda de los sensores más apropiados para captar estas variables.
“Los sensores a utilizar pueden ser dispositivos electrónicos convencionales o dispositivos electrónicos impresos. Los dispositivos electrónicos impresos permiten reducir el coste en la monitorización de las variables de estos productos y se pueden incluso aplicar a nivel de producto unitario. Los dispositivos electrónicos impresos aúnan a dos sectores tan distintos como son el diseño electrónico y los procesos de impresión”, comentó González Fernández.
Las ventajas de la implementación tecnológica para monitorear
Por otro lado, Inmaculada Lorente Gómez del ITENE, comentó que los sensores pueden ser dispositivos electrónicos convencionales o dispositivos electrónicos impresos. Los dispositivos electrónicos impresos permiten reducir el coste en la monitorización de las variables de estos productos y se pueden incluso aplicar a nivel de producto unitario.
Esta tecnología consiste en la impresión de distintos tipos de tintas para desarrollar antenas, matrices o circuitos sobre distintos sustratos, tan variados como papel, textil o plástico. Imprimiendo directamente sobre estos sustratos, se pueden desarrollar, de una forma relativamente económica, objetos que reaccionan electrónicamente.
Los dispositivos electrónicos impresos aúnan a dos sectores tan distintos como son el diseño electrónico y los procesos de impresión. La principal ventaja frente a la electrónica tradicional es que se pueden obtener grandes tiradas de sensores flexibles y a un bajo coste, pudiendo integrarlos en productos donde no es posible aplicar la electrónica tradicional.
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