Hoy en día la autenticación de los alimentos, su procedencia y sus ingredientes es una de las problemáticas más debatidas en las industrias alimentarias a nivel europeo y mundial. Por ello, el proyecto MEDIFIT permite la trazabilidad y el control de la integridad alimentaria de la miel y el queso, dos alimentos tradicionales del Mediterráneo, empleando las tecnologías analíticas y de software de última generación.
Para participar en este debate, la Comisión Europea ha facilitado la puesta en marcha del proyecto MEDIFIT, que aborda este conflicto en dos productos tradicionales mediterráneos, concretamente la miel y los productos queseros, utilizando para ello las últimas tecnologías analíticas y de software.
MEDIFIT cuenta con la participación de personal investigador de Alemania, Grecia, Turquía, Malta y Túnez, además de España. Entre ellos, un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba coordinado por el profesor Fernando Pérez Rodríguez, que se ocupa de desarrollar el sistema informático que permite compartir información relativa a la autenticidad, seguridad alimentaria y trazabilidad de estos dos productos.
Los retos de la autenticación alimentaria
Uno de los retos de este proyecto es conseguir alcanzar unos determinados estándares, es decir, un lenguaje común entre los diferentes integrantes y metodologías de acreditación de la autenticidad. Asimismo, los métodos analíticos se van a optimizar para así poder introducirlos en la industria alimentaria, favoreciendo los procesos de obtención de información en cuanto a autenticidad y seguridad alimentaria se refiere.
Ambas partes del proyecto se integran dando lugar a una estructura de software flexible que permite la transmisión de información del alimento al usuario final haciendo uso del concepto Internet de las cosas. Además, les aporta las soluciones de software al sector alimentario mediante tecnologías Industria 4.0 incorporando el uso rutinario de métodos analíticos innovadores para el control de la trazabilidad e integridad de los alimentos.
Fernando Pérez Rodríguez, coordinador del proyecto en la UCO, expone que se trata de un sistema de acción-innovación, puesto que se pretende demostrar una tecnología ya desarrollada, pero a un nivel más aplicativo. “El objetivo final es poder utilizarla y comprobar su validez, siempre enfocada a estas dos cadenas alimentarias, la miel y los quesos”, concluye.
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