Y en el marco de la celebración del “Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos” en la Semana contra el Desperdicio Alimentario y de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente, España se coloca como el país de Europa que más comida desperdicia con 7.7 millones de toneladas al año.
“Aumentando la calidad y conservación de los alimentos a través de ingredientes, envases y procesos se contribuye también a la lucha contra el desperdicio de alimentos”, explica Encarna Gómez, jefa del Departamento de Nuevos Productos y Procesos de AINIA. La innovación de producto, según estilos de vida y preferencias consumidor, también ayuda a ese objetivo.
De acuerdo con Ainia, para poder atender este tema es necesario realizar acciones de difusión, formación y promoción dirigidas al consumidor que son fundamentales para sensibilizar a los consumidores.
El cómo de la reducción del desperdicio alimentario
En esa misma línea, se han podido rescatar una serie de lineamientos que, de acuerdo con Ainia, podrían ser algunas soluciones para reducir el desperdicio alimentario en el mundo:
- La automatización de líneas de producción: La digitalización de los procesos productivos, garantizar la seguridad alimentaria de envases y productos, la apuesta por la economía circular y el desarrollo de acciones de sensibilización al consumidor, aspectos prioritarios para contribuir a reducir el desperdicio de alimentos.
- Uso de las tecnologías de inspección aplicadas a procesos de fabricación de productos alimenticios y envases.
- El correcto diseño higiénico y la prematura detección de cuerpos extraños en los productos, así como la aplicación de la llamada agricultura de precisión.
- Tecnologías digitales: Permitirán una mayor colaboración entre los eslabones de la cadena de valor, así como un mejor control del producto entre todos ellos de cara a lograr una cadena alimentaria mucho más segura y eficiente.
- Aplicación de inteligencia de negocio: La estimación de la demanda, una correcta gestión de la logística, por ejemplo, con sensores cadena de frío y la aplicación de la interoperabilidad, contribuirá a este fin.
- Procesos de valorización sostenible: Para la obtención de bioproductos y energía. Por ejemplo, los alimentos deteriorados o caducados pueden servir para lograr biomasa; aquellos maduros o los excedentes pueden tener una segunda oportunidad de transformación.
- La interconectividad: la correcta gestión de la despensa, el uso de Apps, la compra inteligente y personalizada, con un correcto listado de compra y recetas
Por último, para el jefe de Seguridad Alimentaria de AINIA, y representante del centro tecnológico en la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), Roberto Ortuño, “juntos sumamos contra el desperdicio alimentario”.