La industria de alimentos representa el 26% del PIB mundial, genera más de 200 millones de empleos directos e indirectos y atrae inversiones muy significativas en investigación y desarrollo de tecnología e infraestructura, por ello es una de las industrias con mayor relevancia en el país.
“La sostenibilidad de la industria de alimentos es un tema de importancia en que se debe garantizar la seguridad alimentaria, ayudar a reducir la huella de carbono y fomentar la economía local”, así lo señala Raúl Riquelme, Vicepresidente Nacional de Enlace Legislativo y Consejero Nacional de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), durante el VII Congreso de Ingeniería de Alimentos organizado por el departamento de Ingeniería de Alimentos de la Universidad Iberoamericana Campus Ciudad de México.
El directivo destacó los beneficios de adoptar y de entender la sostenibilidad de la industria, y mejorar la imagen de la marca. Estos beneficios son:
- Buscar reducir los costos
- Cubrir y tener el acceso directo al mercado sin restricción
- Generar mayor innovación
- Mantener todos los beneficios
También señaló algunos ejemplos de prácticas sostenibles en la industria de alimentos:
- La agricultura sostenible que va evolucionando y siendo tendencia con prácticas más sostenibles, más asequibles y con menos participación de maquinaria y equipo
- La eficiencia energética que está tratando de cubrir todos los temas de energía
- Gestión de residuos en el mejor manejo de estas prácticas
- Etiquetado sostenible que provea al consumidor de mayor y mejor información
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La importancia de las cámaras empresariales
Las cámaras industriales son espacios donde se acude a compartir con sus pares la mejor información que se tiene para lograr los objetivos en el desarrollo empresarial en México.
De acuerdo con Riquelme, las cámaras empresariales son organismos que representan particularmente los intereses de las empresas y los empresarios de un sector o de una zona geográfica.
“Esto ha ido evolucionando poco a poco, derivado de la definición de una necesidad se estableció la Ley de Industria en agosto del 1941, en donde se instauró que eran instituciones públicas autónomas, personalidad jurídica que se establecían en su función obligatoria. Al principio era un tema que todos deberíamos buscar estar ahí y el que no estuviera era sujeto de una multa”, explica el directivo.
Bajo ese contexto, Raúl Riquelme señala que estos organismos evolucionaron y adquirieron mayor importancia y hoy en día cada empresa decide donde participa y donde obtiene mejores beneficios derivados de problemas económicos y diversas cargas.
“Por ello, en 1996 se generó una nueva ley, se elimina este requisito, hay diversas cámaras como la Cámara de Comercio, Canacintra, la Cámara de la leche, Caintra Nuevo León, y hay cámaras que representan los intereses de varios países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, etcétera, donde se vinculan eh los intereses de empresarios de varios países”, enfatiza.
“En México hoy en día hay un total de 63 cámaras industriales que están agrupadas bajo la congregación de cámaras industriales, son 46 cámaras nacionales, 14 cámaras regionales, 3 genéricas que representan a empresas que no se ajustan a ninguna de las anteriores, que son por individuos o particulares que hoy en día tienen que ver con giros nuevos o empresas emprendedoras”, agrega.
Vinculación entre las cámaras industriales y el gobierno para la producción sostenible de alimentos
El directivo explica que se debe tener claro que las empresas buscan estar cercanas al gobierno para incidir en políticas públicas y obtener de alguna manera incentivos económicos para el desarrollo de ciertos temas particulares, estar al tanto de la investigación y desarrollo de manera conjunta, “no uno en contra del otro”.
En el tema de capacitación y educación hay que estar involucrados, no solamente educando a los estudiantes, sino también capacitando a las empresas para que lo que se desarrolle dentro de la de las universidades sea compartido con las necesidades reales que tiene lugar en la empresa y en la necesidad real del desarrollo del producto.
“Respecto a las políticas públicas y sostenibilidad, el gobierno puede crear políticas y regulaciones que promueven la producción sostenible de alimentos. Mientras que las cámaras industriales pueden proporcionar información y experiencia para complementar estas políticas. Hay que estar de nuevo en convergencia con información de la reforma de forma cercana a esta información para que podamos realmente lograr los objetivos”, indica Riquelme.
Una muestra de los impactos puede ser la regulación sobre emisiones de CO2 o incentivos fiscales para empresas que implementen tecnologías verdes. Además, se debe tener en cuenta que para este tipo de temas el gobierno tiene varios incentivos fiscales, con los cuales vale la pena involucrarse para beneficio de las empresas.
Oportunidades y soluciones
El también Licenciado en Derecho por la IBERO habló sobre diferentes oportunidades y soluciones dentro de la industria alimentaria para producir y procesar alimentos, como:
- la impresión 3D de alimentos
- cultivos de células madre para carne y pescado
- fermentación microbiana para producción de proteínas
- tecnologías de deshidratación y liofilización
- procesamiento de alimentos con ultrasonido
Sobre la conservación y almacenamiento, mencionó ejemplos de tecnologías emergentes como:
- el envasado activo e inteligente
- sistemas de refrigeración avanzados
- tecnologías de modificación de atmósfera
- almacenamiento en frío con tecnologías de congelación rápida
- los sistemas de monitoreo de temperatura y humedad
Además, señaló oportunidades y soluciones de seguridad y calidad en la industria alimentaria como:
- el análisis de ADN para detección de contaminantes
- sensores de calidad del aire y el agua
- sistemas de trazabilidad y rastreo
- tecnologías de esterilización y desinfección
- análisis de imágenes para detección de defectos
La industria de alimentos y bebidas rumbo al futuro
El especialista se refirió a los empaques alimentarios y apuntó que ya hay plásticos biodegradables con polímeros que se descomponen fácilmente en el medio ambiente; papel reciclable hecho a partir de recursos renovables como el maíz o la caña de azúcar; la nanocelulosa, material biodegradable y reciclable hecho a partir de celulosa o el vidrio sostenible, reciclado y reutilizado.
Dijo que la industria alimentaria rompió paradigmas durante la pandemia, pues con el confinamiento evolucionó para ofrecer productos más rápidos y eficientes, así como alternativas para todo tipo de consumidores y que hoy se pueden conseguir en los anaqueles.
Finalmente, compartió una serie de reflexiones para los estudiantes en Ingeniería en Alimentos, a quienes invitó a diseñar productos y procesos inclusivos, desarrollar productos adaptados para necesidades específicas, implementar procesos de producción accesibles, estar abiertos a la inclusión de todas las nuevas alternativas disponibles y entender las necesidades del entorno y del consumidor.
"Ustedes como futuros ingenieros en alimentos tienen el gran compromiso para cumplir esas necesidades. Los comprometo a que sigan estudiando, a que sigan creciendo, a que sigan desarrollándose y a ser mejores para nuestro país", observa.
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