La industria 4.0 en la industria de alimentos da respuesta a un entorno interconectado que apuesta por la producción flexible y eficiente. La integración del consumidor hiperconectado a los procesos de innovación, cadenas de valor colaborativas y una mejor adaptación al entorno.
Esta industria se ha convertido en el motor de la cadena de suministro alimentaria gracias al uso nuevas tecnologías que permitieron, entre otros beneficios, generar un mayor acercamiento con el consumidor y un entendimiento para la elaboración de productos inteligentes.
Sin embargo, la industria 4.0 es más que esto. La conectividad se convierte en un elemento clave en la fabricación de estos productos personalizados. Y permite optimizar la capacidad de almacenaje y distribución.
Para que este proceso se mantenga a un nivel óptimo, es necesario que la cadena de suministro marque un ciclo de vida a través de la digitalización, desde el diseño hasta su retiro. Esta digitalización baja a las distintas áreas de ingeniería, manufactura y gestión de activos, dando un valor adicional de agilidad y flexibilidad a la planta.
Te puede interesar: La digitalización en la seguridad alimentaria
Personalización y flexibilidad, clave en la industria 4.0 de los alimentos
La exigencia del consumidor se traduce en la necesidad de fabricar productos alimentarios lo más personalizados y ajustados a las necesidades individuales. En este sentido, la tecnología ha tenido una intervención importante para acometer dicha demanda.
Una de las soluciones tecnológicas para el sector es la denominada fabricación avanzada, que nos permite gestionar una gran cantidad de producción pero con la obtención de productos personalizados. Estas son algunas de las claves que permiten flexibilidad y personalización:
- Ciclos cortos de fabricación y diseño. Si se tienen productos personalizados, los ciclos de producción deben ser mucho más pequeños que en la producción masiva de décadas anteriores.
- Máquinas inteligentes. El funcionamiento inteligente de la tecnología gracias a la sensorización, el Internet de las Cosas o al software hace que las máquinas puedan modificar sus procesos de tratamiento de alimentos o el envasado. Por ejemplo, para dar con esos ciclos cortos de productos diferentes entre sí.
- Control de costes. Sin la tecnología actual, fabricar con ciclos cortos y obtener productos personalizados habría supuesto unos costes muy elevados e inasumibles para cualquier PYME o grandes empresas del sector alimentario. Sin embargo, la capacidad de la industria 4.0 en el sector hace que se reduzcan muchos costes en energía, fabricación, materiales, recursos humanos o distribución que hacen viable la personalización de productos.
Te puede interesar: Digitalización agroindustrial: una tendencia con notables beneficios para el campo