La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) está bajo alerta por los altos niveles de arsénico inorgánico contenido en los alimentos, en particular en el arroz, los productos a base de arroz y los cereales.
La última evaluación de riesgos de la EFSA, impulsada por la Comisión Europea para incorporar estudios recientes, destaca un mayor riesgo para la salud por el contaminante tóxico.
El arsénico es un contaminante ambiental presente en el suelo y las aguas subterráneas que es producido como subproducto de las actividades industriales y componente de los plaguicidas, por lo que se encuentra en diversas formas.
Una herramienta en la evaluación de arsénico que emplea la EFSA es el margen de exposición (MOE). Este método compara una pequeña dosis de efectos adversos con el nivel de exposición en una población, lo que indica que los MOE más bajos se correlacionan con mayores riesgos.
Los MOE son bajos para el arsénico inorgánico en los adultos, entre 2 y 0.4 para los consumidores promedio y entre 0.9 y 0.2 para los consumidores altos, lo que indica un problema de salud.
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El arsénico y los riesgos potenciales para la salud
La ingesta de arsénico inorgánico a largo plazo tiene implicaciones para la salud. En ese sentido, la EFSA no recomienda consumir productos de arroz con altos niveles de contaminación varias veces al día. Principalmente cuando se cocina en agua que contiene arsénico.
Lo anterior representa una exposición crónica al arsénico, también asociada con un riesgo elevado de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
En el caso de bebés y los niños, una exposición mínima al arsénico puede estar relacionada con problemas de neurodesarrollo. Las investigaciones indican que el arsénico en las dietas infantiles se asocia con desafíos en el desarrollo cognitivo, la inteligencia y la memoria.
Un estudio realizado en Estados Unidos sugiere que la exposición al arsénico inorgánico en el útero aumenta la probabilidad de padecer cáncer, enfermedades pulmonares, ataques cardíacos e insuficiencia renal en los bebés.
¿Cómo proteger la seguridad alimentaria mundial?
El arroz es consumido como alimento básico por más de 3 mil 500 millones de personas a nivel global. Y representa una doble amenaza debido a su tendencia a acumular niveles más altos de arsénico inorgánico en comparación con otros granos como el trigo, la cebada y el maíz.
Esta acumulación plantea riesgos para la seguridad alimentaria. Dada la contaminación generalizada por arsénico en países como India, Bangladesh, China, Francia y Estados Unidos, científicos de todo el mundo están colaborando para encontrar una solución que aborde este problema.
Un equipo de investigación revela que la incorporación de cáscara de arroz en el suelo puede reducir los niveles tóxicos de arsénico inorgánico en los granos de arroz entre un 25% y un 50%. Esto, sin afectar negativamente el rendimiento del suelo.
Esta investigación tiene implicaciones para los países en desarrollo donde el arroz es un alimento básico, pues proporciona una solución asequible y fácilmente disponible para mejorar la calidad del suelo y reducir los niveles de arsénico.
Es probable que la tecnología de edición genética también se convierta en una solución futura para reducir la toxicidad del arsénico inorgánico en las plantas de arroz.
Por útlimo, la Comisión Europea está considerando la posibilidad de avanzar en las Nuevas Técnicas Genómicas (NGT, por sus siglas en inglés). Eludiendo potencialmente las regulaciones existentes sobre organismos genéticamente modificados.