El nuevo informe de Naciones Unidas Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022, asegura que el 22.5% de las personas en América Latina y el Caribe, aproximadamente 131.3 millones de personas, no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable.
- En el Caribe, ese porcentaje se dispara hasta el 52% de la población mientras en Mesoamérica la cifra es del 27.8% y en América del Sur, del 18.4%.
Lo cual representa un aumento de ocho millones con respecto al 2019, a raíz de un mayor costo diario promedio de este tipo de dieta en la región comparado con el resto de las regiones del mundo.
La falta de acceso económico o asequibilidad de una dieta saludable observada en toda la región también está asociada a diferentes indicadores socioeconómicos y nutricionales.
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¿Qué es una dieta saludable?
El informe define una dieta saludable como la cantidad adecuada de calorías, así como de nutrientes y micronutrientes esenciales provenientes de diferentes grupos de alimentos.
- Según la OMS y la FAO, las dietas saludables se basan en una amplia variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados y que sea equilibrada entre todos los grupos de alimentos, incluyendo un mínimo de cinco porciones de frutas y verduras al día.
En términos de nutrientes, una dieta se considera saludable cuando el aporte de grasas totales no supera el 30% de las calorías consumidas, el de grasas saturadas no supera el 10% y el aporte de sodio es menor a 2 gramos diarios (equivalentes a 5 gramos de sal).
Asimismo, para que una dieta sea saludable se sugiere reducir la ingesta de alimentos y bebidas altamente procesadas, grasas trans y azúcares añadidos, mientras que se favorece el consumo de grasas insaturadas y fibra dietética.
Aumento de precios de los alimentos afectan la asequibilidad
América Latina y el Caribe se enfrentan a un escenario complejo con una serie de factores como:
- Inflación alimentaria alta y en aumento
- Incremento de la pobreza en el contexto de la pandemia de Covid-19
- Altos niveles de desigualdad de ingresos y niveles crecientes de hambre
- Inseguridad alimentaria
- Obesidad
El informe señala que la inflación alimentaria, que en la región ha ido en aumento desde 2019, se ha visto agravada por la pandemia y por los efectos del conflicto en curso en Ucrania.
Las altas tasas de inflación reducen el poder adquisitivo de los hogares, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria y limitando su acceso a alimentos nutritivos.
Principalmente en los quintiles de ingresos más bajos, que destinan una parte considerable de su presupuesto a la compra de alimentos.
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Políticas alimentarias podrían permitir el acceso a la dieta saludable
De acuerdo con el estudio, transformar los sistemas agroalimentarios es esencial para reducir el costo y mejorar el acceso a las dietas saludables.
En ese sentido, las políticas alimentarias y agrícolas formuladas con ese objetivo son esenciales para lograr que las dietas saludables sean asequibles para toda la población.
Las políticas orientadas a los productores y formuladas para aumentar la diversidad de la producción de alimentos podrían ser una forma eficaz de ampliar la oferta y reducir el costo de los alimentos nutritivos.
También los programas de protección social dentro de las políticas orientadas a los consumidores son componentes fundamentales de las estrategias de reducción de la pobreza. Pues contribuyen al acceso a las dietas saludables y mejoran la seguridad alimentaria y nutricional.
Por otra parte, la distribución de alimentos en especie, los vales para alimentos y las transferencias de efectivo diseñadas con consideraciones sensibles a la nutrición pueden facilitar dietas saludables para la población más vulnerable.
¿Qué concluye el informe?
El informe de la ONU concluye que el costo promedio de una dieta saludable en la región se estima en 3.89 dólares, el más alto en comparación con otras regiones del mundo y también superior al promedio global (3.54 dólares).
- La región registra el costo más alto del mundo de una dieta saludable, pero difiere mucho según las subregiones y los países.
Un análisis exhaustivo muestra que las diferencias de costo están relacionadas con la producción, las exportaciones y la dependencia de las importaciones de grupos de alimentos específicos.
En general, los alimentos de origen animal son menos caros en los países que producen y exportan proteínas de origen animal.
Del mismo modo, la fruta tiende a ser menos costosa en los países que son exportadores netos de frutas tropicales.
Mientras que es más costosa en el Caribe, por ejemplo, donde los países dependen en gran medida de las importaciones de fruta para una dieta saludable.
Finalmente, los países con altos niveles de pobreza, menores ingresos y mayor desigualdad están lejos de acceder a una dieta saludable.
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