El cambio climático es una de las mayores amenazas que enfrenta el mundo en la actualidad, con impactos económicos, sociales y ambientales que se extienden a nivel global.
América Latina y el Caribe (LATAM) no son la excepción; de hecho, debido a su geografía, economías dependientes de los recursos naturales y desigualdades estructurales, la región es especialmente vulnerable a sus efectos.
Al mismo tiempo, la comunidad internacional ha reconocido la urgencia de movilizar recursos financieros para enfrentar esta crisis, como lo refleja el Nuevo Objetivo Cuantificado de Financiación Climática (NCQG, por sus siglas en inglés).
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Impacto económico del cambio climático a nivel global
A nivel mundial, el cambio climático está generando costos económicos significativos debido a eventos climáticos extremos, pérdidas de biodiversidad y la disminución de la productividad en sectores como la agricultura, la pesca y el turismo.
Según un informe del Banco Mundial, las pérdidas económicas globales causadas por desastres relacionados con el clima han aumentado en un 250% en las últimas dos décadas, afectando desproporcionadamente a los países en desarrollo.
La agricultura, por ejemplo, enfrenta retos graves debido a patrones de precipitación impredecibles, temperaturas extremas y sequías prolongadas. Esto no solo amenaza la seguridad alimentaria, sino que también repercute negativamente en las economías rurales.
En el ámbito urbano, el aumento del nivel del mar y las inundaciones perjudican infraestructuras críticas, con costos de reconstrucción y adaptación que alcanzan miles de millones de dólares.
Además, el cambio climático está transformando el panorama financiero global. Las aseguradoras están enfrentando un aumento en las reclamaciones debido a desastres naturales, mientras que los mercados de capital responden con una creciente demanda de inversiones sostenibles y bonos verdes.
Este contexto subraya la necesidad de mecanismos financieros robustos y coordinados para abordar los impactos climáticos.
LATAM, una región altamente vulnerable
América Latina y el Caribe enfrentan retos particulares en la lucha contra el cambio climático. La región es vulnerable tanto por sus características geográficas como por su dependencia económica en sectores como la agricultura, la energía y el turismo, que son especialmente sensibles a los cambios climáticos.
- Impactos en la agricultura y la seguridad alimentaria
En países como Brasil, Argentina y México, la agricultura representa una parte significativa del PIB. Los cambios en los patrones de precipitación y las sequías prolongadas están reduciendo los rendimientos de cultivos clave como el maíz, el café y la soya. Esto no solo afecta a los agricultores y las economías locales, sino también a los mercados internacionales, ya que LATAM es uno de los principales exportadores de alimentos.
- Eventos climáticos extremos
La frecuencia e intensidad de huracanes, tormentas e inundaciones han aumentado en el Caribe y América Central. En 2020, el huracán Eta causó daños estimados en 6,800 millones de dólares en Centroamérica, destruyendo infraestructuras y desplazando a miles de personas.
- Biodiversidad y ecosistemas
LATAM alberga una rica biodiversidad que está en riesgo debido al cambio climático. La pérdida de ecosistemas como la Amazonía no solo afecta a las economías locales que dependen de ellos, sino también al equilibrio climático global.
- Impacto en la salud y la pobreza
Las olas de calor, enfermedades transmitidas por vectores como el dengue y la malaria, y la inseguridad alimentaria afectan desproporcionadamente a las comunidades más pobres, exacerbando las desigualdades existentes.
El Nuevo Objetivo Cuantificado de Financiación Climática (NCQG)
Ante estos desafíos, la comunidad internacional ha establecido mecanismos para movilizar recursos financieros que permitan a los países enfrentar el cambio climático.
El Nuevo Objetivo Cuantificado de Financiación Climática (NCQG) es una evolución del compromiso previo de movilizar 100,000 millones de dólares anuales para acciones climáticas en países en desarrollo, acordado en la Conferencia de las Partes (COP) de 2009.
Propósitos del NCQG
- Ampliar la financiación. El NCQG busca movilizar una cantidad de recursos significativamente mayor que los 100,000 millones originales, reconociendo que los costos de adaptación y mitigación han aumentado drásticamente.
- Fortalecer la equidad. Este objetivo prioriza la distribución equitativa de los recursos, asegurando que los países más vulnerables y menos responsables de las emisiones globales reciban el apoyo necesario para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático.
- Integrar adaptación y mitigación. El NCQG enfatiza la importancia de equilibrar la financiación entre medidas de adaptación y mitigación. Tradicionalmente, la mayor parte de los recursos se ha destinado a proyectos de mitigación, como energías renovables, dejando rezagadas las necesidades de adaptación en países vulnerables.
- Impulsar la innovación financiera. El NCQG promueve la participación del sector privado y la creación de instrumentos financieros innovadores, como los bonos climáticos y los seguros paramétricos, para maximizar el impacto de los fondos.
- Monitoreo y transparencia. La implementación del NCQG incluye mecanismos para garantizar la transparencia en el uso de los fondos y monitorear su impacto en las acciones climáticas.
Relevancia para LATAM
El NCQG tiene un potencial transformador para América Latina y el Caribe. Los recursos movilizados pueden apoyar:
- Proyectos de energía renovable: LATAM tiene un gran potencial en energías limpias, como la solar, eólica e hidroeléctrica, que podrían ser escaladas con mayor inversión.
- Adaptación agrícola: Tecnologías climáticamente inteligentes y sistemas de irrigación sostenible podrían aumentar la resiliencia de los agricultores.
- Infraestructura resiliente: Inversiones en infraestructuras resistentes al clima podrían mitigar el impacto de desastres naturales.
- Conservación de ecosistemas: Programas que preserven la Amazonía y otros ecosistemas críticos tendrán beneficios locales y globales.
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