La bacteria Xylella fastidiosa constituye una gran amenaza para toda la agricultura. No solo por su ya demostrada capacidad para producir grandes daños en el olivo, sino también porque puede afectar a otros cultivos.
Esta bacteria se transmite por cualquier chicharrita o cigarrilla (Hemiptera. Auchenorryncha) que sea capaz de alimentarse del xilema de las plantas. Entre los principales métodos de control se encuentran:
- Métodos preventivos. Control en frontera de partidas de plantas infectadas
- Control del vector tanto en viveros como en campo
- Obtención de germoplasma resistente a la bacteria.
En ese sentido, el consorcio de empresas y centro de investigación, Grupo Operativo Salud Olivar, desarrolla una investigación de estrategias de detección, control y tratamiento de las enfermedades que atacan al olivo con mayor virulencia. Se trata de la bacteria Xylella fastidosa y la verticilosis.
AINIA, la empresa DOMCA, la Sociedad Cooperativa Andaluza (DCOOP), Laboratorios Neval, Visiona Ingeniería de Proyectos y la Asociación de Fabricantes de Soluciones de Biocontrol (IBMA España), abordan este proyecto desde tres vertientes:
- Prevención
- Detección temprana
- Tratamiento de árboles ya contaminados
Bacteriófagos para el control de la Xylella fastidiosa
AINIA trabaja en el aislamiento de las variantes salvajes del hongo verticillium. Además, en colaboración con DOMCA, desarrolla soluciones basadas en el empleo de proteínas procedentes de virus bacteriófagos para el control de la Xylella fastidiosa.
Una solución basada en proteínas recombinantes como herramienta correctiva para el tratamiento de dicha enfermedad.
Se realizó un primer diseño genético para la expresión de una endolisina específica para el control de la Xylella fastidiosa. Además, se están llevando diseños paralelos con sistemas distintos de penetración en la célula del patógeno.
Los bacteriófagos (virus bacterianos) suponen una alternativa a los plaguicidas tradicionales porque infectan exclusivamente a las bacterias dañinas, sin perjudicar al resto del árbol como ocurre con los tratamientos convencionales.
Bioestimulantes, aumentan la resistencia del olivo
Además, se trabaja en nuevos bioestimulantes para aplicar a los cultivos y aumentar la resistencia del olivo al estrés, o mejorar la calidad de la cosecha de aceitunas. En esta línea, el desarrollo de productos, basados en microorganismos con capacidad de biocontrol frente a verticillium aportará soluciones basadas en extractos vegetales, para el control de la verticilosis.
Para la primera etapa se llevan a cabo estudios in vitro en laboratorio, seleccionando los productos más eficaces. En una segunda, la cooperativa agroalimentaria DCOOP evaluará y validará los nuevos desarrollos en condiciones reales en el campo.
Monitorización de cultivos y sistemas de biocontrol
Por último, aplicarán sistemas automatizados para la monitorización de cultivos. En el primer período de ejecución del proyecto se realizó un diagnóstico de la incidencia de la verticilosis. Así como una caracterización de la microbiota presente en el suelo, y análisis sobre cómo afecta la enfermedad a su composición a nivel microbiológico.
El grupo de trabajo aplicará la teledetección hiperespectral y térmica, junto con sistemas de biocontrol más sostenibles y naturales para la detección automática de síntomas.
En esta estrategia de biocontrol y bioestimulación, se identificaron microorganismos con capacidad antagonista frente al hongo causante de la enfermedad, y se están desarrollando formulaciones que permitan su aplicación en campo como herramienta de prevención.
Estas tecnologías reducirán el empleo de fitosanitarios químicos tradicionales para prevenir y controlar, tanto enfermedades emergentes del olivo, como la bacteria Xylella fastidiosa o enfermedades endémicas (verticilosis).
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