La industria agroalimentaria tiene el reto de adoptar los principios de la economía circular en el uso del agua. El objetivo es rediseñar los procesos productivos para evitar las aguas residuales. Y considerar todas las corrientes líquidas generadas como una fuente de recursos a aprovechar.
La meta es alcanzar la eficiencia máxima en el uso del agua optimizando su uso y facilitando el máximo reciclado interno o externo de los recursos. Un cambio en la forma de pensar con una visión integral y circular del uso del agua junto con la incorporación de nuevas tecnologías de tratamiento hará posible esta transformación.
Algunos de los actuales retos en la gestión del agua en la industria agroalimentaria son:
- La reutilización de las aguas residuales y de proceso.
- Posibles iniciativas que el sector agroalimentario puede adoptar para una gestión sostenible del agua.
- Regeneración y reutilización como parte de la gestión integral hídrica de la empresa.
- Recuperación y valorización de recursos de las corrientes residuales.
Tecnología en la reutilización del agua en la industria alimentaria
El agua tiene múltiples usos en la industria alimentaria, ya sea en procesos de limpieza e higienización, como recurso en la cadena productiva, como medio de transporte o en refrigeración y calderas. Sin embargo, el empobrecimiento de calidad del recurso y su escasez exigen de acciones desde diversos sectores:
- Minimización del consumo de agua en la actividad industrial.
- Reciclaje o depuración de las corrientes residuales para reducir su impacto medioambiental o la regeneración.
- Desinfección y recuperación de esas aguas residuales para su reutilización.
En la situación actual, la aplicación de estrategias basadas en el concepto de economía circular adquiere gran relevancia. Transformando el agua residual y todo lo que la caracteriza en un recurso o fuente de materias primas que pueden ser útiles para otras actividades.
Esta transformación requiere de la tecnología para hacerla realidad, siendo el catalizador para un modelo más verde, sostenible, económicamente circular y hermanado con la simbiosis industrial entre sectores y tejidos diversos, como el académico y el social.
La economía circular supone un cambio de paradigma en el que el agua residual pasa de ser un simple residuo, a tratarse como una rica fuente de recursos que pueden ser recuperados a través de la innovación tecnológica. La colaboración entre empresas, centros de I+D y proveedores tecnológicos es clave para aprovechar todo el potencial de las corrientes residuales.
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