Un análisis publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) señala que 27 países podrían padecer crisis alimentarias provocadas por el Covid-19, pues los efectos de esta pandemia agravan los factores que causan el hambre.
El estudio advierte que los países en situación crítica corren un alto riesgo de un deterioro significativo de la seguridad alimentaria en los próximos meses, incluyendo un aumento del número de personas que se ven afectadas por el hambre aguda.
Los países afectados serían Afganistán y Bangladesh en Asia, pasando por Haití, Venezuela y el corredor seco de América Central, hasta Iraq, el Líbano y Siria en Oriente Medio, o Burkina Faso, Camerún, Liberia, Níger, Nigeria, Malí, Mozambique, Sierra Leona y Zimbabwe en África.
Estas regiones ya se enfrentaban a niveles elevados de crisis alimentarias y hambre aguda incluso antes de la Covid-19, debido a factores y tensiones preexistentes como crisis económicas, inestabilidad e inseguridad, fenómenos climáticos extremos, plagas vegetales y enfermedades de los animales.
El Covid-19 incrementa el hambre
La FAO y el PMA señalan que existen cuatro formas principales en que la Covid-19 está hundiendo a la población en un contexto de crisis alimentarias:
- La disminución del empleo y los salarios significa que las personas tienen menos dinero para gastar en alimentos para el hogar y que los trabajadores en el extranjero envían menos remesas a sus familiares en los países con inseguridad alimentaria. Los precios de los alimentos están subiendo en muchos países con crisis, creando una barrera para el acceso a los mismos.
- Diversas perturbaciones asociadas a las medidas sanitarias preventivas para hacer frente a la pandemia están teniendo también repercusiones importantes en la producción y el suministro de alimentos.
- La caída de los ingresos gubernamentales significa que las redes de seguridad social fundamentales carecen de fondos suficientes y no pueden responder a unas necesidades crecientes.
- La pandemia contribuye a la inestabilidad política y al aumento de los conflictos, por ejemplo los intercomunitarios por recursos naturales como el agua, las tierras de pastoreo o las rutas de migración, lo que altera aún más la producción agrícola y los mercados.
Buscan frenar la crisis alimentaria
La FAO hizo público un llamamiento revisado por valor de 428.5 millones de dólares bajo el Plan mundial de respuesta humanitaria para el Covid-19 del sistema de las Naciones Unidas, que aborda las crecientes necesidades del sector alimentario y agrícola.
Se centra en la ayuda urgente para salvaguardar los medios de subsistencia, mantener las cadenas alimentarias y garantizar que las personas más vulnerables puedan acceder a alimentos vitales y nutritivos. Incluye la recopilación y el análisis de datos, para diseñar las intervenciones adecuadas.
Las temporadas agrícolas cruciales, los desplazamientos de ganado para obtener pastos y agua, la recolección, el procesado y almacenamiento de alimentos no son actividades que puedan dejarse en suspenso.
También en respuesta a las crecientes necesidades humanitarias en el sector alimentario y agrícola, el Consejo de Gobierno de la FAO aprobó la semana pasada la propuesta de establecer una nueva Oficina de Resiliencia y Emergencias, que tiene como objetivo ampliar significativamente la capacidad del organismo para responder con rapidez a las crisis alimentarias y salvaguardar los medios de subsistencia para salvar vidas.