La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es la capacidad de los microorganismos para resistir ante los medicamentos utilizados para tratar las infecciones. Esto es una gran amenaza mundial de creciente preocupación para la salud humana y animal, y también tiene implicaciones para la inocuidad y seguridad alimentaria.
Existe evidencia científica clara de que los alimentos pueden servir como vehículo para la exposición a bacterias resistentes a los antimicrobianos transmitidas por los alimentos, incluidos los de ganadería, aves de corral, pescado, frutas y verduras.
Los antimicrobianos son herramientas para mantener sanos a los animales y a los vegetales, mantener el bienestar animal y la seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, se reconoce que el uso de antimicrobianos (UAM) en la agricultura contribuye a la aparición de resistencia a los antimicrobianos.
Debido a que los alimentos pueden contaminarse con bacterias resistentes a los antimicrobianos y genes de resistencia en cualquier parte de la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta el consumo, tanto los productos elaborados de manera convencional como orgánica son potencialmente vulnerables a la contaminación con organismos resistentes a los antimicrobianos.
Cuando los humanos ingieren microorganismos resistentes a los antimicrobianos, provenientes de los alimentos o del agua, algunas bacterias pueden causar enfermedades. Éstas y otras especies también pueden servir como fuente de genes de RAM que otros microorganismos pueden adquirir en el tracto gastrointestinal, incluidos los patógenos humanos.
Prácticas de higiene y saneamiento
Es necesario realizar esfuerzos concertados para proteger a los alimentos de la contaminación con microorganismos patógenos, incluidos los que portan genes para la RAM. Esto incluye el uso de prácticas adecuadas de saneamiento e higiene de los alimentos, os fabricantes no se ha informado en la práctica.
Los beneficios del uso de desinfectantes y biocidas para garantizar el saneamiento superan los riesgos asociados con el desarrollo de organismos resistentes.
La gestión de la RAM en la cadena alimentaria es compleja y requiere la implementación de buenas prácticas, comenzando desde la producción primaria hasta el consumo. A nivel práctico, el objetivo general de controlar la transmisión de la RAM a través de los alimentos es similar a los requisitos para el control de otros riesgos transmitidos por los alimentos.
Se debe poner énfasis en las medidas para gestionar las poblaciones microbianas, incluidas las que albergan genes de RAM en los alimentos, así como en los factores ambientales que pueden contribuir al desarrollo de la resistencia. El enfoque más efectivo para limitar el uso de antimicrobianos en la agricultura es reducir la necesidad de tratar enfermedades animales y vegetales.
En respuesta a la creciente atención mundial a la grave amenaza de la RAM para la salud pública, y reconociendo la necesidad de un enfoque más general y multidisciplinario para la RAM, en 2017, la Comisión del Codex Alimentarius, el organismo de gestión de riesgos del Programa Conjunto gestión de riesgos del Programa Conjunto FAO/OMS sobre Normas Alimentarias, restableció un grupo de trabajo sobre resistencia a los antimicrobianos.
Este grupo de trabajo está desarrollando directrices basadas en la ciencia para la gestión de la RAM transmitida por los alimentos, teniendo en cuenta el trabajo y las normas de las organizaciones internacionales relevantes y el enfoque Una Salud, para garantizar que los Países Miembros tengan la guía necesaria para permitir una gestión coherente de la RAM a lo largo de la cadena alimentaria.