En América Latina y el Caribe, el cambio climático ya está teniendo un impacto significativo en la seguridad alimentaria.
Se estima que para el año 2050, la región podría experimentar una reducción del 20% en la producción de maíz y frijoles, dos de los cultivos básicos más importantes de la región.
Esto podría tener graves consecuencias para la salud y la nutrición de millones de personas, particularmente en las poblaciones más vulnerables como los niños, las mujeres y las comunidades indígenas, algunos efectos son:
- Sequía: La sequía es uno de los principales impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria regional. En México, por ejemplo, la sequía ha afectado gravemente la producción de maíz en los últimos años, lo que ha llevado a un aumento de los precios de los alimentos y a una mayor inseguridad alimentaria.
- Inundaciones: Las inundaciones también son un problema creciente en la región, debido al aumento de la intensidad de las precipitaciones. Las inundaciones pueden destruir cultivos, ganado e infraestructura, lo que tiene un impacto significativo en la seguridad alimentaria.
- Plagas: El cambio climático también está creando condiciones más favorables para la proliferación de plagas y enfermedades de los cultivos. En Centroamérica, por ejemplo, la plaga del gorgojo del maíz ha causado daños significativos a los cultivos de maíz en los últimos años.
Estrategias de adaptación para la seguridad alimentaria regional
Para hacer frente al desafío del cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo, se están implementando una serie de estrategias de adaptación en la región. Estas estrategias incluyen:
- Desarrollo de cultivos resistentes al clima: Se están desarrollando nuevas variedades de cultivos que son resistentes a la sequía, las inundaciones, las plagas y las enfermedades. Esto ayudará a garantizar que los agricultores puedan continuar produciendo alimentos incluso en condiciones climáticas adversas.
- Mejoramiento de la gestión del agua: La gestión eficiente del agua es esencial para la seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático. Se están implementando una serie de medidas para mejorar la gestión del agua, como la construcción de sistemas de riego más eficientes y la promoción de prácticas agrícolas que ahorren agua.
- Diversificación de la producción agrícola: La diversificación de la producción agrícola puede ayudar a reducir la dependencia de un pequeño número de cultivos, lo que hace que los sistemas agrícolas sean más resilientes al cambio climático.
- Fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana: Los sistemas de alerta temprana pueden ayudar a los agricultores a prepararse para eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones. Esto puede ayudar a reducir las pérdidas de cosechas y proteger los medios de vida.
Estrategias de algunas empresas
- Nestlé: Está trabajando con agricultores en México para desarrollar nuevas variedades de maíz que sean resistentes a la sequía. La compañía también está invirtiendo en la construcción de sistemas de riego más eficientes.
- PepsiCo: Está trabajando con comunidades en Centroamérica para implementar prácticas agrícolas sostenibles que ayuden a reducir la dependencia de plaguicidas y fertilizantes químicos. La compañía también está apoyando el desarrollo de sistemas de alerta temprana para eventos climáticos extremos.
- Grupo Bimbo: Está invirtiendo en investigación y desarrollo para desarrollar nuevos productos alimenticios que sean más nutritivos y sostenibles. La compañía también está trabajando para reducir su huella de carbono y mejorar la eficiencia de sus operaciones.
Las estrategias de adaptación que se están implementando en la región ofrecen una esperanza de que podamos garantizar el acceso a alimentos seguros y nutritivos para todos, incluso en un contexto de cambio climático.
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