El alza de los precios de los alimentos estrecha los márgenes y eleva el estrés en toda la cadena de producción (agricultura, industria y distribución), tensiones que los ciudadanos notarán en la compra, al menos, hasta la primavera, indicó Mercedes Salas de Efeagro.
Los datos de los precios al cierre de 2021 muestran que la crisis global por el alza de las materias primas y del transporte ya se refleja en la factura del supermercado o de la tienda tradicional, si bien el sector alimentario tiene sus particularidades al reaccionar a la inflación.
“Los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron un 5% en diciembre respecto al mismo mes de 2020, mientras que la tasa de inflación española general fue del 6,5%, la más alta desde mayo de 1992, según el Instituto Nacional de Estadística”, comentó Salas.
Logística, plásticos y el alza de los precios
El director de servicio al cliente para Iberia de Kantar Worldpanel, Carlos Cotos, subrayó que si bien el repunte de la energía ha influido en el encarecimiento de los alimentos no es el único factor. Han repercutido más el coste de los plásticos, los embalajes o del transporte y de la logística.
De acuerdo con Cotos, “toda la cadena alimentaria se estresa y trabaja con márgenes pequeños. El agricultor tiene dificultad para subir su remuneración ante unos mercados muy “expuestos”, el fabricante aumenta costes y pierde margen cuando los traspasa a la distribución, quien a su vez trata de contener precios o responde al fenómeno con promociones”.
“La mala noticia es que esperamos que la inflación dure unos tres meses, pero, por otro lado, deberíamos ver que afloja después, porque los costes recuperarán cierta normalidad”. Respecto al impacto en el consumo, ha puntualizado que en la alimentación el ciudadano decide cómo quiere absorberla, o cambiando su dieta o eligiendo una carne o pescado u otros dependiendo del coste, remarcó.
Incertidumbre ante la oferta de materias primas
De acuerdo con María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, existe una «segunda fase» de un proceso inflacionista por el que se produce una transmisión de coste de producción de las empresas al consumo” y se está notando especialmente en los alimentos.
Los precios de las materias primas son los más caros del “siglo”, desde el año 2000, ante una coyuntura por la oferta comparable a la de los años 70 por la crisis del petróleo, detalló Mercedes Salas de Efeagro.
Ante esta situación, aseguró que el margen de error de cualquier previsión es alto, debido a la incertidumbre sobre la duración y el alcance del encarecimiento de los alimentos; además, las circunstancias que afectan a la inflación son muy distintas a las que había antes de la globalización o la llegada del euro, concluye Salas.
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