El Synergy Forum, organizado por la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, fue un espacio de encuentro para expertos e investigadores que compartieron sus perspectivas sobre cómo abordar los desafíos actuales relacionados con el cambio climático, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
Durante el evento, se discutió el papel de las innovaciones tecnológicas para encontrar soluciones, destacando la importancia de la transformación industrial para enfrentar estos problemas a pesar de las estadísticas “preocupantes” sobre el uso insostenible de los recursos como el agua, sueño, energía, alimentos.
Durante su intervención, Jürgen Mahlknecht, líder del Núcleo de Investigación en Clima y Sostenibilidad en el Tecnológico de Monterrey, dijo que a pesar de los “escenarios catastróficos” por el agotamiento de los recursos naturales hay “esperanza” de atenuar estos impactos.
El experto mencionó que el 20% de los recursos hídricos a nivel mundial ya no son sostenibles. Destaca que la generación de energía eléctrica proviene en gran parte de fuentes fósiles, lo que contribuye al calentamiento global, mientras que un tercio de los suelos está degradado y el 20% de los alimentos que se producen se desperdician a pesar de que con ellos se podría alimentar a dos mil millones de personas.
Sin embargo, Jürgen Mahlknecht expresó: “Soy ambientalista, pero no soy pesimista”, pues habló de la economía circular como una solución clave a estas dramáticas estadísticas.
Resaltó que este modelo económico promueve la reutilización y reciclaje de productos, prolongando su vida útil en el mercado.
Citó ejemplos. En la Patagonia se fomenta el reciclaje de ropa, y en el caso de Singapur, hay un programa de tratamiento de agua residual para convertirla en potable.
Economía circular para la seguridad alimentaria
El experto dijo que al impulsar la agricultura regenerativa se puede lograr la restauración de suelos y la biodiversidad, ya que se implementan prácticas como la reducción de labranza y el uso de composta orgánica.
“Un kilo de carne necesita, para su producción y hasta el procesamiento, final 15 mil litros de agua. Esto equivale a 750 garrafones de los cuales podrían vivir con la familia durante cuatro años. Entonces necesitamos buscar hábitos nuevos, como comer responsablemente y también hay muchas otras decisiones que se tienen que tomar”, resaltó.
El investigador también habló del avance en energías renovables. Destaca la transición energética de Alemania, que busca alcanzar un 100% de energía renovable para 2045. En su reciente visita a Shanghái, dijo que hay un gran avance hacia la adopción de vehículos eléctricos, que contribuye a la mejora de la calidad del aire.
Sin embargo, dijo que para lograr una economía circular es necesaria la colaboración entre diferentes sectores.
Por lo que sugirió que gobiernos, empresas y ciudadanos deben trabajar de manera conjunta para abordar los desafíos ambientales.
“Quiero hacer un llamado de acción. Número Uno. Es importante que nos informemos de los retos y las soluciones. Número dos. Con eso podemos apoyar a las empresas, a las personas que hacen desarrollos, buscar esas innovaciones que cambien el juego”, dijo.
Agregó: “Tercero, exijamos al gobierno que promueva la sostenibilidad. Y cuarto. Les pedimos responsabilidad porque el planeta es como una fiesta donde nos invitan y nada más hay cierta cantidad de bebidas.. si tenemos un consumo moderado, la fiesta puede durar mucho tiempo”, resaltó.
“Y con esto quiero decirles que el fin de los recursos naturales no es un destino inevitable, está en nuestras manos con creatividad, innovación, responsabilidad y conciencia, construir un futuro más sostenible. Estamos ahorita en un punto crucial de la historia. La pregunta es: ¿Qué vamos a hacer al respecto?”, finalizó.
Salud, envejecimiento y seguridad alimentaria
Durante el Panel “Innovación en Salud, Envejecimiento y Seguridad Alimentaria”, investigadores y expertos en estas áreas hablaron sobre estos temas que están afectando a la población.
Al tomar la palabra Javier Dávila Torres, secretario de la Mesa Directiva de la Academia Mexicana Mexicana de Cirugía, destacó la importancia de establecer políticas públicas que respalden el envejecimiento activo y saludable de la población.
Abundó que en todo el mundo la población va envejeciendo, mientras la tasa de natalidad disminuye, lo que genera la necesidad de un enfoque adecuado para atender estas dinámicas.
El doctor mencionó que, a pesar de los avances en salud, la longevidad no se ha traducido en una mejor calidad de vida.
Por ello, enfatizó la importancia de promover el autocuidado y la implementación de programas en las instituciones públicas. Sin embargo, para lograr lo anterior dijo que es urgente contar con una política integral de salud en México, ya que la actual es insuficiente.
De ahí, resaltó que las políticas de envejecimiento deben incluir un análisis detallado de variables económicas y sociales, con proyecciones a futuro que consideren incluso las pensiones.
Javier Dávila Torres resaltó que la solución requiere de la participación del gobierno, la iniciativa privada y la academia.
Durante el evento, los expertos enfatizaron la necesidad de una comunicación clara y transparente entre las partes involucradas. Además, de la necesidad de fortalecer la colaboración entre universidades, empresas y centros de investigación para el desarrollo de productos y servicios que respondan a problemáticas como un envejecimiento saludable.
Al tomar la palabra, Rodrigo Ulloa, gerente de Investigación y Desarrollo de Nuevos Negocios de Laboratorios Columbia, enfatizó la importancia de desarrollar soluciones para que la industria sea más activa en el desarrollo de soluciones alimentarias adaptadas a las necesidades de la población que envejece.
"Estamos en un momento crítico donde debemos pensar en la nutrición integral, no solo en la salud post-pandemia", subrayó luego de mencionar que los probióticos son un mecanismos que puede ayudar a la nutrición de las personas mayores.
Los panelistas coincidieron en que con la colaboración entre el sector público y privado es posible alcanzar acuerdos que beneficien a la población y a lograr que la población logre un envejecimiento saludable.
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