Las empresas de F&B de Reino Unido explicaron que la escasez de Dióxido de carbono (CO2) amenaza con vaciar los estantes de los supermercados y agregar más presión sobre los consumidores que ya luchan con la inflación de los precios de los alimentos.
Por su parte, las empresas se comprometen públicamente a reducir sus emisiones de CO2 en los esfuerzos de sostenibilidad ambiental, las industrias de agricultura, bebidas y envasado al mismo tiempo dependen en gran medida del CO2 industrial para la producción y la vida útil.
Sin embargo, el gas necesario para capturar, extraer y purificar CO2 es cada vez más caro, y desde octubre del año pasado, el gobierno de Reino Unido se ha visto obligado a subsidiar su producción como un “interés nacional”. Este rescate se ha extendido al alivio de los productores de alimentos y bebidas en todo el país, pero el futuro sigue siendo incierto con los productores de CO2 que aún operan con pérdidas.
La producción de dióxido de carbono
El CO2 industrial se produce como un subproducto de otras industrias, como el gas residual de la producción química y puede verse fácilmente interrumpido por la volatilidad en mercados fuera del control de empresas como CF Industries. Los precios mayoristas del gas se han inflado a tasas sin precedentes con la mayoría de las otras industrias a lo largo del año pasado.
Un invierno frío agotó las reservas de gas, un verano sin viento impidió que los suministros se repusieran y el aumento de la demanda del extranjero contribuyó al aumento de los costos y a la reducción de las existencias.
El proveedor de energía de Reino Unido, EDF, advirtió que los precios podrían aumentar hasta en un 50% a menos que el gobierno intervenga. El British Poultry Council explicó que no espera que los precios de la gasolina bajen y dice que el gobierno ahora debe priorizar el subsidio como una necesidad a largo plazo.
Las energías fósiles en Estados Unidos
CF Industries, un gigante estadounidense de fertilizantes agrícolas, controla el 60% del suministro de CO2 del Reino Unido a través de varias instalaciones del Reino Unido. El año pasado, la compañía cerró dos de sus principales plantas después de no ser rentable debido al aumento de los precios del gas natural.
Los políticos británicos llegaron a un acuerdo temporal para igualar los costos perdidos de la compañía y mantener las líneas en funcionamiento, temiendo que los agricultores se vieran obligados a sacrificar grandes cantidades de ganado, causando más daños económicos.
El CO2 se utiliza para aturdir a los animales para el sacrificio y conservar los productos cárnicos. El renovado acuerdo del gobierno con CF Industries ha dado un respiro temporal a la industria cárnica. Sin embargo, la situación sigue siendo volátil.
Te puede interesar: Tres medidas para disminuir las emisiones de dióxido de carbono en la agricultura