El centro de investigación AZTI desarrolla herramientas para controlar los patógenos que se propagan a través de los alimentos, por ello, está investigando con bacteriófagos o fagos.
Ya que pueden aportar nuevas soluciones contra los patógenos que se transmiten a través de los alimentos, razón por la cual, la investigación de los fagos en materia de seguridad alimentaria aumentó en los últimos años.
De acuerdo con la investigadora Amaia Lasagabaster Bilbao, los fagos tienen una característica muy especial, solo contaminan determinadas bacterias y no causan daño a todas las demás. Esta particularidad los hace muy interesantes para utilizarlos como herramienta biológica contra las enfermedades que producen las bacterias.
La investigadora enfatiza que, utilizando fagos, se puede actuar contra un patógeno que genera un problema, pero sin perjudicar a otras bacterias beneficiosas presentes en el alimento, en los animales o en el medio ambiente.
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Los bacteriófagos en la cadena agroalimentaria
Investigadoras de AZTI destacan que Campylobacter es actualmente la toxoinfección alimentaria más frecuente en Europa, y probablemente en el mundo.
Señalan que Vibrio es una de las bacterias acuáticas que afecta a los seres humanos y a los peces de acuicultura y se transmite a lo largo de toda la cadena alimentaria. Y Listeria monocytogenes, aunque no es muy común, es uno de los más peligrosos porque puede causar la muerte.
Por esa razón, en el laboratorio purifican los bacteriófagos para poder completar las colecciones de fagos que combatirán los males. Además, los estudian genéticamente para asegurarse de que solo están trabajando con fagos que actúan contra bacterias de interés.
El grupo de científicas del centro de investigación estiman la posibilidad de utilizar estrategias basadas en fagos en toda la cadena agroalimentaria, tanto en el sector primario como durante el procesado de los alimentos a través de su aplicación directa en los alimentos y/o en las superficies que puedan estar
en contacto con los mismos.
El objetivo final es el de controlar los patógenos que puedan causar problemas y garantizar la seguridad de los alimentos que se consumen.
Aplicación de fagos en la cadena alimentaria
En el contexto de la seguridad alimentaria, los bacteriófagos pueden ser un arma eficaz y económica contra las bacterias patógenas transmitidas por los alimentos, retomándose en los últimos años el interés en su uso para garantizar la seguridad alimentaria.
Las medidas no químicas para la protección de los alimentos se están volviendo cada vez más populares.
Los cócteles de fagos cumplen con todos los criterios para ser reconocidos como una tecnología biotecnológica para combatir las bacterias patógenas transmitidas por los alimentos.
La aplicación de fagos en la cadena alimentaria también tiene las siguientes ventajas:
- Los bacteriófagos son muy específicos y, por lo general, pueden infectar solo una especie o un tipo de bacteria. Por lo tanto, la microbiota comensal natural en el tracto gastrointestinal de humanos y animales no se destruye.
- No se ha observado ningún efecto adverso o tóxico sobre las células eucariotas con el uso de bacteriófagos. Los bacteriófagos son ubicuos y están presentes en muchos productos alimenticios y en diferentes tipos de suelos y fuentes de agua.
- Los fagos no cambian las propiedades sensoriales ni organolépticas de los productos alimenticios.
- Los bacteriófagos son altamente resistentes al estrés creado durante el procesamiento de alimentos.
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