El cambio climático impacta muy fuerte a la agricultura. Datos del último informe sobre el impacto de las catástrofes climáticas, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señalan que el grueso de las pérdidas provocadas por desastres naturales se produce en el sector agrícola. El cual padece un 63% de las repercusiones de catástrofes, un desproporcionado porcentaje frente a otros sectores como la industria, el comercio o el turismo.
Las inclemencias del tiempo han afectado directamente a la agricultura. En el último año estas han sido las afectaciones:
- En mayo de 2020, una tormenta de granizo del tamaño de bola de golf en algunas zonas cítricas de Nuevo León. La tormenta arrancó hojas, frutos, flores y brotes.
- Para septiembre de 2020 se presentaron lluvias intensas en la región de Nuevo León, afectando principalmente a los nogales.
- En diciembre del mismo año, fuertes heladas en el norte del país afectaron frutas y plantas, principalmente en Tamaulipas.
- 2021 inició con heladas en la región de Occidente, en el área de ciudad Guzmán. Las cuales provocaron flores y brotes muertos.
- En el pasado mes de febrero más heladas afectaron a la mayor parte de la región noreste y la región de Guzmán. Hubo lugares con poca humedad del aire que dieron lugar a las llamadas “heladas negras”. En las zonas en las que la fruta ya estaba lista para cosechar, esto afectó a su calidad y rendimiento.
¿Cómo enfrenta la agricultura al cambio climático?
La agricultura es un sector que depende del clima, la tierra y el agua, por lo que los fenómenos meteorológicos, sísmicos y biológicos alteran el nivel de producción agrícola, provocando escasez y aumentando el precio de los alimentos.
En el último año los agricultores se han enfrentado a tormentas de granizo, heladas negras e inundaciones, todas ellas causando numerosos daños en el campo. Estos fenómenos meteorológicos extremos, son cada vez más frecuentes, los agricultores se enfrentan a situaciones más impredecibles y difíciles.
Ahora, más que nunca, los agricultores necesitan de la tecnología para ayudar a manejar el cambio climático. La empresa SupPlant, tiene en cuenta los pronósticos meteorológicos hiperlocales y ofrece al agricultor recomendaciones de riego con una semana de antelación. Los sensores, que detectan el estado de cada planta se colocan, de manera estratégica en suelo profundo, suelo poco profundo, tallo, hoja y fruto.
Los fenómenos extremos y la impredecibilidad de los patrones meteorológicos que lleva consigo el calentamiento global prefiguran un escenario preocupante para las explotaciones agrarias:
- Sequías
- Grandes aguaceros
- Tempestades
- Desestacionalización de las cosechas
- Nuevas plagas
Agricultura climáticamente inteligente
La agricultura climáticamente inteligente (CSA, siglas en inglés) constituye un enfoque que ayuda a orientar las acciones necesarias para transformar y reorientar los sistemas agrícolas a fin de apoyar de forma eficaz el desarrollo y garantizar la seguridad alimentaria en el contexto de un clima cambiante.
Persigue tres objetivos principales:
- Aumento sostenible de la productividad y los ingresos agrícolas
- Adaptación y la creación de resiliencia ante el cambio climático
- Reducción y/o absorción de gases de efecto invernadero
La CSA constituye un enfoque para desarrollar estrategias agrícolas encaminadas a garantizar la seguridad alimentaria sostenible en el marco del cambio climático. Además, provee los medios para ayudar a las partes interesadas a identificar, en los niveles local, nacional e internacional, estrategias agrícolas acordes con las condiciones de cada lugar.
Está alineada con la visión de la organización de una alimentación y una agricultura sostenibles y ha sido desarrollada contribuyendo al objetivo estratégico 2: “hacer que la agricultura, la actividad forestal y la pesca sean más productivas y sostenibles".
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