En un mundo donde la cadena de suministro de alimentos es más compleja, cualquier incidente adverso a la inocuidad de los alimentos puede tener efectos negativos globales, impactando la salud pública, el comercio y la economía. La alimentación segura es esencial para promover la salud de los consumidores y acabar con el hambre.
La inocuidad de los alimentos juega un papel fundamental para garantizar su seguridad en cada etapa de la cadena alimentaria: desde la producción hasta la cosecha, el procesamiento, almacenamiento, la distribución, y hasta el final de la cadena, en la preparación y el consumo.
Inocuidad, un asunto de todos
El Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos se celebró de manera virtual el pasado 7 de junio, bajo el tema “Inocuidad de los alimentos: un asunto de todos”. Todas las personas tienen derecho a una alimentación segura, nutritiva y suficiente. Sin embargo al día de hoy, aproximadamente una de cada diez personas en el mundo se enferma después de comer alimentos contaminados.
Se estima que al año hay 600 millones de casos de enfermedades transmitidas por alimentos. Los comestibles nocivos son una amenaza para la salud humana y las economías, afectando las poblaciones vulnerables y marginadas.
Cerca de tres millones de personas a nivel mundial, tanto en países desarrollados como en desarrollo, mueren cada año por enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos, y millones se enferman.
La seguridad alimentaria se logra cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a alimentos que satisfacen sus necesidades alimentarias para una vida activa y saludable. De hecho, la inocuidad alimentaria es una parte fundamental del componente de utilización de las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad.
La inocuidad de los alimentos es responsabilidad de todos y, por lo tanto, es un asunto de todo el mundo. Actualmente, los alimentos se procesan en mayores volúmenes y se distribuyen a mayores distancias que nunca. La colaboración generalizada y las contribuciones de todos los interlocutores en la cadena de suministro de alimentos, así como el buen gobierno y las reglamentaciones, son fundamentales para la inocuidad de los alimentos.
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¿Cómo lograr un cambio en la inocuidad de los alimentos?
- Garantizar la inocuidad: Las autoridades de inocuidad de los alimentos pueden gestionar los riesgos de inocuidad alimentaria a lo largo de toda la cadena alimentaria, incluso durante las emergencias. Los países puede acatar las normas internacionales establecidas por la Comisión del Codex Alimentarius.
- Cultivar alimentos inocuos: Las prácticas agrícolas deben garantizar un suministro suficiente de alimentos inocuos a escala mundial hoy, al mismo tiempo que mitigan el cambio climático y reducen al mínimo las repercusiones ambientales en el futuro.
- Mantener los alimentos inocuos: Todas las personas involucradas en las operaciones alimentarias, desde el procesamiento hasta la venta al por menor, deben garantizar el cumplimiento de programas como el HACCP (Análisis de peligros y de puntos críticos de control), un sistema que identifica, evalúa y controla los peligros que son relevantes para la inocuidad alimentaria desde la producción primaria hasta el consumo final.
- Consumir alimentos sin peligro: Dada la complejidad de la inocuidad de los alimentos, los consumidores necesitan tener acceso a información oportuna, clara y fiable relativa a los riesgos nutricionales y de enfermedades asociadas con sus opciones alimentarias. Los alimentos nocivos y las opciones alimentarias poco saludables incrementan la carga mundial de la enfermedad.