Reducir el desperdicio de alimentos contribuye a la inocuidad y seguridad alimentaria. También protege a los recursos fundamentales del planeta, como el agua y la energía, y evita la emisión de gases de efecto invernadero.
Según datos de la FAO, si se aprovechase la comida que acaba siendo desperdicio alimentario, se podría alimentar a más de dos mil millones de personas y se podría solventar la subalimentación a nivel global.
También se estima que la producción de estos alimentos supone el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, consume un 30% de la tierra destinada a cultivo y un 20% del agua dulce. Siendo así necesario que se aborde el desperdicio alimentario a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
La reducción del desperdicio alimentario está relacionada con tres objetivos:
- ODS 2 Hambre cero
- ODS 12 Producción y consumo responsables
- ODS 17 Alianzas para lograr los objetivos
Tecnología: un reto importante para evitar el desperdicio
El grave problema del desperdicio de alimentos es uno de los grandes retos globales, aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano se desperdicia cada año.
Lo cual genera 990 mil millones de dólares en pérdidas financieras y también afecta en cuestiones medioambientales.
Para AINIA, algunas soluciones tecnológicas orientadas a lograr procesos más eficientes y sostenibles son:
- La valorización y el aprovechamiento de recursos y subproductos
- Evitar el desperdicio de frutas y hortalizas
- El uso de nuevas fuentes de proteínas vegetales para el desarrollo de nuevos productos
De cara al 2023, el panorama es exigente, se requiere de soluciones seguras, eficaces y sostenibles que se incorporen a la actual tensión en los mercados internacionales y al cambio climático.
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Aplicaciones que disminuyen el desperdicio
Actualmente hay innovaciones tecnológicas que ayudan a las empresas a reducir el desperdicio de alimentos. Además, están al rescate las sencillas buenas prácticas para evitar desperdicios. Algunas de estas herramientas son:
- Análisis de datos. Se trata de un software de análisis de alimentos para controlar la frescura de los productos con información ingresada en el sistema, principalmente las fechas de caducidad. Estos sistemas pueden alertar cuando algunos de los productos se estén deteriorando, para que puedan encontrar otros usos para ellos y evitar que acaben en la basura.
- Packaging inteligente. En un empaque inteligente, cada elemento sensible a la temperatura o caja reutilizable tendrá con un termostato inteligente que puede comunicar la temperatura del producto en tiempo real. De modo que los involucrados en la cadena de suministro pueden controlar la temperatura de sus artículos.
- Biotecnología para la conservación de productos. Algunas empresas están encontrando formas de retrasar la fecha de vencimiento de algunos productos, como el recubrimiento invisible y completamente comestible de Apeel Sciences. Solución que disminuye la velocidad de evaporación del agua, al tiempo que permite un efecto natural.
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Surge una legislación para el desperdicio de alimentos
En junio pasado España aprobó el proyecto de ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, cuyo propósito principal es reducir la cantidad de alimentos que acaban en la basura.
Además de imponer obligaciones, la ley busca sensibilizar sobre la necesidad de aprovechar todo lo posible los alimentos. Si no son aptos para el consumo humano, pueden seguir siéndolo para el consumo animal.
La nueva normativa exigirá a todas las empresas de la cadena alimentaria el desarrollo de un Plan de Prevención de desperdicio alimentario o la colaboración con organizaciones sin ánimo de lucro o bancos de alimentos, así como la minimización y el aprovechamiento de los recursos.
Cabe señalar que esta ley contempla sanciones por el incumplimiento de los establecido en el texto, tales como no donar los alimentos aptos para el consumo humano con los que se cuente o que las empresas receptoras establezcan algún tipo de discriminación en el reparto.
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