La Unión Europea está trazando un camino que presenta retos muy importantes que impulsan a los agricultores europeos a replantearse cómo producir y con qué herramientas cuentan para lograr una agricultura sostenible.
En ese sentido, la nueva normativa de uso sostenible de productos fitosanitarios (Real Decreto 1050/2022, de 27 de diciembre), junto con las limitaciones fijadas por el Pacto Verde Europeo, dibujan un escenario en constante cambio para el sector agrícola español y europeo.
Los especialistas señalan que las metas de reducción de fitosanitarios de síntesis química y fertilizantes, así como la meta de agricultura orgánica. No son los instrumentos adecuados para alcanzar una agricultura más sostenible. Pues consideran que el enfoque del Pacto Verde debe ser reducir el impacto en lugar de los usos y riesgos.
Sostenibilidad impulsada por la investigación, ciencia y tecnología
Uno de los retos que debe afrontar el sector en su conjunto está en la investigación y la aplicación de nuevas tecnologías al campo. Serán dos de los pilares fundamentales para el futuro.
Producir más con menos es un aspecto en el que el sector agro debe centrarse. Por ello se deben buscar soluciones sostenibles que sean capaces de garantizar los mismos resultados.
Europa puede aumentar aún más la sostenibilidad de la agricultura con un marco de políticas basado en la ciencia y centrado en soluciones para los desafíos agrícolas. Y permitir que la innovación pueda ayudar a hacer realidad la ambición de la UE.
Por ello, los especialistas insisten en que el acceso rápido a la innovación agrícola no solo ayudará a impulsar la transición hacia una agricultura más sostenible. Sino que también puede respaldar el objetivo de Europa de sistemas alimentarios más resilientes.
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Nuevas líneas de investigación
Entre las alternativas que plantea el sector para hacer frente a la aparición de resistencias a determinadas materias activas, se considera que la formación del sector agrario en el uso responsable de productos fitosanitarios es relevante.
Para lograrlo, trabajan de forma constante en investigación y desarrollo de productos que puedan cumplir su función fitosanitaria y que a la vez utilicen una menor cantidad de activo.
Por otro lado, las líneas de investigación que se están desarrollando en España son proyectos financiados por la Comisión Europea. O proyectos enmarcados dentro del plan nacional de I+D”.
Son ejemplos claros de cómo la tecnología, la formación y la transferencia ayudan enormemente al sector, no solo en el cumplimiento de la legislación europea, sino también en su propio beneficio.
En conclusión, para llegar a una agricultura sostenible los agricultores deben:
• Anticiparse a los cambios. Reconocer, aceptar, planificar y actuar en consecuencia.
• Reconocer e identificar recursos y limitaciones. Desarrollar estrategias para utilizar los recursos y superar las limitaciones
• Maximizar la calidad en todas las etapas de la actividad agrícola, no conformarse con productos o servicios de calidad subóptima
• Tener en cuenta que las granjas sostenibles son ante todo y principalmente negocios, en los cuales el beneficio obtenido se puede reinvertir internamente o para otros fines sociales u otras metas ambientales
• Asumir los riesgos necesarios, incurrir en deudas asumibles e invertir considerando oportunidades y dificultades, tanto en el medio como en el largo plazo