Es prioritario contar con alternativas para fortalecer la inocuidad de la carne de pollo, ya que se ha convertido en el producto cárnico más consumido de los últimos años debido a que su precio es más accesible y por ser una excelente fuente de proteína.
Sin embargo, existe el riesgo de contaminación microbiológica por su alto contenido nutritivo, presentando condiciones de crecimiento idóneas para la mayoría de los microorganismos.
Debido a su constitución la carne es reconocida como uno de los alimentos más perecederos y que anteriormente contaba con menor vida de anaquel, debido a la acción de microorganismos patógenos y específicos de deterioro los cuales afectan las características de calidad y presentan un posible riesgo a la salud de los consumidores.
No obstante, se ha logrado controlar la presencia y los efectos de estos microorganismos a través de la implementación de acciones de inspección y prácticas higiénicas basadas en los principios del sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP) así como capacitaciones constantes a los trabajadores encargados de manipular los alimentos.
Alternativas para la inocuidad
Por esta razón se utilizan técnicas y tratamientos que permiten disminuir o eliminar la carga bacteriana, tales como la adición de sustancias desinfectantes en la etapa de enfriamiento de las canales lo cual reduce la presencia de microorganismos hasta un 80%.
O bien, durante la producción de carne, en la cual se mantienen condiciones óptimas de refrigeración (cuatro grados Celsius) durante el almacenamiento y transporte, que sumado al proceso de cocción realizado por el consumidor garantizan la inocuidad en casi 99%.
Algunas alternativas de conservación recientemente propuestas son el uso de extractos obtenidos de fuentes naturales como plantas, frutos y especias; los recubrimientos generados a partir de biopolímeros extraídos de fuentes naturales, así como la aplicación de nanotecnología.
Estas alternativas demuestran tener propiedades antibacterianas y antioxidantes que las hacen una excelente opción para la conservación de la calidad e inocuidad a través de desinfectantes, biocidas de superficie, empaques, ropa protectora y biosensores por mencionar algunas aplicaciones.
Adquirir en establecimientos que cuenten con certificaciones Tipo Inspección Federal (TIF), así como tener una higiene adecuada durante la preparación de los alimentos, reducirá el riesgo de enfermedades y desecho prematuro de los productos cárnicos.
Fuente: Carnetec