Los tres recursos básicos más importantes para la sobrevivencia y desarrollo de cualquier sociedad son: agua, energía y alimentos. Donde la energía y alimentos dependen en gran medida del recurso hídrico.
La demanda global de estos tres recursos interconectados se ha incrementado sustancialmente debido al crecimiento demográfico, crecimiento económico, globalización de mercados, cambios tecnológicos y en los estilos de vida.
El manejo sostenible del agua, enmarcado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible: ODS 6, se reconoce como un eje central de la nueva agenda 2030. Según la investigación del Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua, titulado Introducción a la seguridad hídrica.
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El agua es fundamental en la industria de alimentos
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que las necesidades mundiales del líquido vital para producir alimentos per cápita disminuyeron a la mitad entre 1961 y 2001. Ahorro considerable y ventaja igualmente significativa para los otros usuarios del líquido.
El organismo afirma que un incremento del 1% de la productividad del recurso natural en la producción de alimentos pone a disposición de la población, otros 24 litros al día por persona. Mientras que un incremento del 10% igualaría todo el consumo doméstico actual.
En consecuencia, invertir en gestión del agua en la agricultura constituye una importante estrategia para liberar agua para otros fines. La productividad en cada uno de los usos se mide a través de considerar el agua consumida contra el valor económico que genera.
Plan de Control de Agua en la industria alimentaria
El objetivo de un Plan de Control de Agua en la industria alimentaria es certificar la seguridad de que el agua utilizada en los procesos de fabricación, tratamiento, limpieza o utilización. Estas herramientas puedan estar en contacto con los alimentos y cualquier tipo de agente contaminante químico o infeccioso, que no cause efectos nocivos en la salud.
La industria alimentaria debe tener instalaciones apropiadas para el almacenamiento del agua y su distribución. Garantizar la inocuidad en el abastecimiento de agua, se basa en llevar a cabo controles desde el origen del agua hasta su utilización, evitando su contaminación o detectar a tiempo niveles
perjudiciales para la salud.
Estos controles se realizarán en la protección de los recursos hídricos, tratamientos adecuados en la potabilización, gestión de sistemas de distribución y almacenamiento para mantener la calidad del agua tratada.
La industria alimentaria debe realizar controles para vigilar la calidad del vital líquido. Estos pueden ser organolépticos, que son los que comprueban el olor, sabor, color y turbidez y del cloro residual.
Si el agua es utilizada como ingrediente en la elaboración de los alimentos, debe considerarse como una materia prima. Por lo que se deben establecer especificaciones de calidad e inocuidad que deben ser cumplidas por la industria alimentaria.
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¿Cómo puede la industria al cumplimiento del ODS 6?
Las empresas alimentarias pueden contribuir de diferentes maneras al ODS 6. Hay determinadas empresas cuyo núcleo de negocio está más directamente ligado a este objetivo, como las del sector químico o las del sector agroalimentario.
En el ámbito interno:
• Estableciendo y comprometiéndose públicamente con objetivos de reducción del consumo hídrico basados en el contexto. Lo que significa alinear los objetivos de reducción del consumo de agua con las necesidades de comunidades locales y ecosistemas.
• Formando a empleados y proveedores sobre la importancia de un uso eficiente y una gestión sostenible de este recurso y de los productos químicos en los procesos de fabricación.
• Mejorando la calidad de los vertidos de aguas residuales y reduciendo el uso de materiales y productos químicos peligrosos en las operaciones de la empresa, para minimizar el impacto medioambiental.
En el ámbito externo:
• Calculando la huella hídrica: cuánta agua es necesaria para producir un alimento o prestar un servicio y estableciendo objetivos de reducción.
• Realizando una gestión sostenible del vital líquido en las operaciones y fábricas de la empresa, con una política estricta de consumo y reutilización.
• Asegurando que los trabajadores tengan acceso a este recurso y a espacios apropiados para la higiene personal en las instalaciones.
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