La agricultura regenerativa representa un cambio de paradigma en cómo producimos alimentos, enfatizando la restauración y conservación de los recursos naturales en lugar de su explotación.
Al enfocarse en la salud del suelo, la agricultura regenerativa no solo preserva un recurso crítico para la producción de alimentos, sino que también promueve un ecosistema agrícola más sostenible y resiliente.
En un mundo donde los suelos agrícolas están bajo amenaza, adoptar prácticas regenerativas podría ser la clave para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
“Actualmente hay una ola muy fuerte que está liderada por el consumidor, quien está siendo muy exigente con la cadena de valor, quiere saber qué hay detrás de cada producto que consume y eso nos está sirviendo para impulsar los compromisos de la cadena de valor con los productores y que se escale a la agricultura regenerativa”, señala en entrevista exclusiva con The Food Tech®, Ileana López, Líder de Relaciones Industriales y Sustentabilidad de LATAM en Bayer Crop Science.
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Incrementar la productividad
La agricultura regenerativa tiene que ser un modelo que permita a los productores, que, al paso del tiempo, vayan incrementando su productividad en su misma superficie. Con el acceso a nuevas semillas innovadoras que se van adaptando más a amenazas como el cambio climático, que son más resilientes, más resistentes y responden a las variaciones de clima actual.
“La agricultura regenerativa sí trae un impacto inmediato para que el productor pueda tener mayores ingresos y un bienestar social mucho mejor y adecuado. Y esto se puede lograr con incremento en productividad”, señala López.
Además, la directiva destaca que la conservación del suelo es un tema puntual y central que está dentro de las líneas de trabajo de la agricultura regenerativa.
“México tiene un gran porcentaje de suelos degradados, considero que estamos en los niveles de 70%, entonces ahí tenemos una gran oportunidad versus otros países de América Latina, como son Brasil y Argentina. Que ya han implementado diversas prácticas para mejorar los suelos, que empiezan desde la labranza eficiente o la labranza cero”, indica.
Sin embargo, en algunos lugares aún se realizan las prácticas culturales donde los productores tienen por costumbre quemar sus campos para limpiarlos. Lo cual es una medida que va en contra de las buenas prácticas de agricultura regenerativa y por ende, no conservan el suelo.
Principales desafíos
“En primera instancia, uno de los desafíos es el tema cultural que actualmente se tiene por parte de los productores, quienes piensan que al adoptar mejores prácticas agronómicas o al adoptar semillas con tecnología, sus nuevos productos serán más caros. Es decir, se tiene una percepción de que ser sostenible es caro”, comenta López.
La especialista agrega que hay temas culturales que se pueden eliminar de inmediato contribuyendo a la agricultura regenerativa sin tener costos inmersos.
“Empezamos con buenas prácticas agronómicas, que de entrada, seguro no van a tener costo. Muchas veces los productores por desconocimiento siguen haciendo lo que sus papás y sus abuelos les enseñaron”, asevera.
Agricultura regenerativa y la producción de alimentos más sostenibles
Al centrarse en la restauración de los ecosistemas agrícolas y la mejora de la salud del suelo, la agricultura regenerativa tiene el potencial de transformar la producción de alimentos, haciendo que sea más:
- sostenible
- nutritiva
- resiliente
En un mundo enfrentado a desafíos ambientales y sociales sin precedentes, adoptar y promover la agricultura regenerativa podría ser clave para alimentar a las futuras generaciones sin comprometer los recursos naturales que sustentan la vida en la tierra.
De acuerdo con Ileana López, actualmente se están desarrollando tecnologías que, además de innovadoras, permitirán producir más en la superficie actual. Y son acompañadas de prácticas agronómicas con el objetivo de aprovechar mejor los recursos.
El creciente interés en la sostenibilidad y la conciencia sobre el impacto ambiental de la agricultura convencional están creando nuevas oportunidades para la agricultura regenerativa.
La demanda de alimentos producidos de manera sostenible está en aumento, y las políticas públicas y los incentivos económicos están comenzando a apoyar a los agricultores que adoptan prácticas regenerativas.
“Si queremos sistemas alimentarios resilientes, que tengan un futuro, podemos empezar disminuyendo nuestro desperdicio de alimentos”, enfatiza López.
¿Qué se espera en el futuro?
La directiva señala que en el futuro se tendrán certificaciones hídricas que indiquen cuánta agua se utilizó, también certificaciones en cuanto al cuidado del suelo y emisiones de CO2.
“Vamos a evolucionar paso a paso para que la agricultura, la sostenibilidad y la agricultura regenerativa no sean solo una cuestión deseable, sino algo que todas las empresas y toda la cadena de valor, tendremos que cumplir para:
- ser competitivos
- acceder a financiamientos
- cumplir con las expectativas de los consumidores y mantener su preferencia
“Quien no se suba este barco va a perder muchas oportunidades, va a quedar fuera de toda esta gran ola de cambio que viene, de compromisos hacia el medio ambiente, la sostenibilidad y la gobernanza que todas las empresas queremos tener en estos temas”, expone Ileana López.
“Estamos buscando un futuro en donde nadie tenga hambre, pero no lo vamos a hacer solos, necesitamos de la colaboración, de las alianzas y de los cambios de hábitos de toda la población”, finaliza.
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