Las abejas y otros animales son el vehículo más importante para la polinización, proceso que se ha visto afectado ante la urbanización y las afectaciones al medio ambiente, como el cambio climático.
Cuando el polen es transportado de una planta a otra por abejas y otros insectos, no sólo facilitan la producción de frutas, frutos secos y semillas, sino que promueven una mayor variedad y calidad de las mismas, contribuyendo así a la nutrición y la seguridad alimentaria.
Dada la trascendencia de los polinizadores, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebró el Día Mundial de las Abejas el 20 de mayo, con el objetivo de poner de relieve la importancia de la apicultura y el papel del sector apícola en el apoyo a las comunidades rurales y la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional.
Los bosques también juegan un papel importante para los polinizadores en cuanto a su anidación y alimentación se refiere. Sin embargo, la deforestación o la fragmentación del paisaje, junto con el cambio climático, han repercutido en su función y eso tiene un efecto en cascada en la sostenibilidad de los ecosistemas, la seguridad alimentaria y en los medios de vida.
"Los bosques son el hogar de abejas silvestres, murciélagos, mariposas y otros polinizadores, y son vitales para salvaguardar los ecosistemas, para la biodiversidad y la producción agrícola, y por tanto, también para la seguridad alimentaria", asegura Tiina Vahanen, jefa de la división de Políticas y Recursos Forestales de la FAO.
La deforestación de los busques y la consecuente utilización de los suelos para el cultivo, ha fragmentado y degradado los hábitats de los polinizadores. Damien Bertrand, oficial forestal de la FAO, explicó que la ordenación forestal y del paisaje desempeñan un papel fundamental para garantizar la viabilidad permanente de éstos.
Los bosques urbanos y su importancia
La urbanización del planeta ha significado una disminución de los polinizadores, sin embargo, se sabe que al mismo tiempo, los hábitats urbanos albergan una gran diversidad de ellos, a veces mayor que en otros lugares donde se pode concentrar un hábitat natural. La ordenación de los bosques urbanos puede desempeñar un papel importante para sustentar a las comunidades de polinizadores en entornos periurbanos, en sinergia con otros beneficios de la silvicultura urbana.
La conectividad entre hábitats naturales y urbanos representa una pieza angular para la diversidad y abundancia de polinizadores lo que conlleva un mayor esfuerzo para aprovechar los conocimientos rurales e indígenas y para que se involucre a los custodios de las tierras y a las partes interesadas en una gestión que esté atenta a los polinizadores.
La FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) emitieron un documento con el que se preparan para dirigir conjuntamente el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (a partir de 2021) y en el momento en que los países se plantean de cara al futuro un marco de diversidad biológica mundial para después de 2020.