En el webinar “Gerenciamiento en AgroEmpresas”, Víctor Piñeyro, Docente en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Católica en Buenos Aires, mostró algunas estrategias para la óptima administración de una agroempresa.
El académico señala que es prioridad organizar la actividad productiva en las empresas de tal manera que sus recursos sean acordes a las actividades y tareas, buscando aumento en producción y productividad con los costos más bajos.
Para ello, el productor debe realizar un proceso de gestión con visión empresarial. La buena gestión implica un conocimiento detallado del historial de la finca, los recursos existentes y potenciales, los rendimientos de esos recursos y el manejo de la mano de obra para crear un sentido de pertenencia y un trabajo en equipo.
A continuación mostramos los cuatro estrategias que sirven para un chequeo rápido con el que las empresas agropecuarias sean bien administradas.
1. Conocer puntos al detalle
En las líneas de producción de la industria agropecuaria es inadmisible no conocer el dato concreto de los costos de producción de granos, de un ternero, de cada kilo de carne, son datos que se deben tener bien claros. Se trabaja con productos cuyos precios están determinados por el mercado en general y la industria agro es quien toma la decisión comercial de vender o no vender.
Conocer a detalle el costo de producción es relativamente fácil, lo único que las empresas deben tener es un buen sistema para sistematizar su información, es decir, un circuito que canalice la información adecuada para poder confeccionar los costos, actualizarlos y calcularlos de manera adecuada. Lo anterior implica no omitir ningún factor de producción, el costo de la tierra, el costo de trabajo del propio productor y no esconder costos ocultos que tratan de forzar un número que no se real.
De esta manera cualquier empresa puede tener un tablero de control muy sencillo donde este costo de producción sea monitoreado de manera constante, por ejemplo en este caso contrastado con los precios que está ofreciendo el mercado.
2. Segmentar actividades y procesos
Las empresas agropecuarias son complejas y la mayor parte de las veces muy reactivas, es decir, tiene varias actividades, algunas de las cuales son muy claras, tienen agricultura, ganadería, parece muy obvio porque la actividades se ven muy fácilmente, pero hay muchas otras actividades que a veces quedan solapadas si uno mira con detalle el tipo de actividad de hacer agricultura no es lo mismo que administrar la tierra en donde está esa agricultura.
Hay que tomarse un tiempo de analizar las actividades que están presentes, por lo tanto ante esa complejidad de los procesos que hay detrás de una empresa agropecuaria la propuesta es tratar de ubicar cuáles son esas actividades principales que existen en la empresa y tratar de segmentar los resultados en función de sus actividades.
Esto se refiere a identificar la actividad, segmentarla y medirla con los ingresos y sus costos en forma independiente, eso permite generar resultados, mostrarlos y poder analizarlos con un formato. Y así queda claro que se es un agricultor, pero también un operador de maquinaria, un gestor de activos tierra, en definitiva un agricultor es esas cuatro cosas por lo menos.
3. Analizar las perspectiva del riesgo
El abanico de fuentes de riesgos en las empresas agropecuarias es muy amplio, hay bastantes sesgos por el precio de los productos y por el clima como elementos fundamentales de riesgo, aunque en realidad son muchos más, pero más allá de dónde se ponga énfasis de qué factores de riesgo analiza, la propuesta es empezar a ver el negocio con el concepto de riesgo, tener claro cuáles son las variables que tienen cierta inestabilidad, y si no caen dentro del rango que requerido afecten fuertemente al negocio; se debe identificar y medirla de alguna manera con el objetivo de proponer alguna estrategia para manejarla.
Conocer cuál es la frecuencia y la probabilidad de que alguna de estas variables nos juegue en contra, cuál es la incidencia y se relativamente sucede en determinada fecha pero si cae baja el rendimiento en un 35% y es necesario saber qué hacer en esa situación. Esa visión de riesgo que otras industrias tienen muy internalizadas es lo que puede ayudar.
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4. Ser prolijo y previsor con el flujo de efectivo
Un buen gerente financiero vale más que un buen gerente de producción. Tener y contar en la empresa con un flujo de efectivo que funcione y sea útil es una herramienta fundamental en una situación como la que se vive en Argentina hace meses, donde hay costos financieros exorbitantes, donde sí se pide un préstamo las tasas son totalmente inviables, por lo cual cada vez que el flujo de efectivo muestre una necesidad de fondear con recursos extras de la empresa se debe tener el máximo cuidado de dónde se buscará financiación, por cuánto tiempo, en qué moneda, con qué tasa, a qué amortización. Son muchas variables que se deben analizar con tiempo para no caer en un imprevisto.
Todo lo que se pueda hacer de bueno en el potrero, todo lo que recompense el estar debajo de sol en el verano haciendo monitoreo, cuidando la tienda, siendo precavidos, capacitándose desde el punto de vista técnico puede ser impactado en la línea de resultados financieros por no ser prolijos a la hora de enviar este flujo de efectivo.
El objetivo es proponer que haya control en el negocio, conocer los costos e intentar que éstos puedan estar segmentados a nivel de actividad para poder diagnosticar e identificar dónde priorizar las acciones de la empresa. Empezar a pensar en términos de riesgo, en términos de frecuencia e incidencia de los eventos de riesgo para tomar decisiones un poco más enfocadas en la realidad y por último mucha dedicación al fondo, prestar atención cuando falte o sobre dinero y un plan anticipado de qué hacer con esos faltantes o excedentes.