Sedentarismo y síndrome metabólico

El sedentarismo se define como la falta de actividad física vigorosa. Está altamente presente en ciudades urbanizadas, donde las condiciones de trabajo, largos traslados, los adelantos en la tecnología y el estrés de la vida moderna, llevan a las personas a tener poco tiempo en su vida diaria para ejercitarse de manera constante.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que cada año fallecen 1.9 millones de personas en el mundo por no hacer actividad física suficiente, moderada o vigorosa.

El sedentarismo y la ingesta de una dieta alimenticia inadecuada promueven el sobrepeso y la obesidad en las personas, aumentando con ello la prevalencia del Síndrome Metabólico, un padecimiento que agrupa varios trastornos precursores de enfermedades crónicas.

Sedentarismo en México

En México, 7 de cada 10 adultos mayores de 20 años presentan sobrepeso y obesidad, mientras que en la población infantil estos padecimientos afectan a 4.5 millones de niños entre 5 y 11 años edad, lo que lo lleva a convertirse en un problema de salud pública.

El actual estilo de vida fomenta el sedentarismo, al manifestarse nuevos hábitos de alimentación,  entretenimiento y ocio. Estar varias horas frente a la  televisión, computadora, juegos electrónicos y de video, que reducen actividades recreativas impidiendo la actividad física, entre otros hábitos como usar el coche en distancias cortas o preferir el elevador para evitar las escaleras, provoca esta inactividad nociva para la salud.

Un ejemplo comparativo de esto, es el gasto energético por cada hora de ver televisión, que va de las 60 a 95 calorías, dependiendo del peso de la persona, contra las 225 calorías “quemadas” promedio en una hora de caminata moderada. Si a esos 60 minutos de ver televisión se le agrega la ingesta de un alimento calórico, la relación entre gasto y consumo calórico resulta desequilibrada.

Sedentarismo = obesidad

La obesidad se incrementa 12% por cada hora que se ve televisión y si se multiplica por un promedio de cuatro horas que se estima la permanencia frente a la tv, da como resultado que se tienen 50 por ciento más probabilidades de padecer sobrepeso.

En cambio, los especialistas señalan que se disminuye la posibilidad de obesidad 10 por ciento, por cada hora de ejercicio o actividad física moderada que realicemos.

En México, los jóvenes y jóvenes adultos pasan la mitad de su tiempo libre frente a una computadora y muy pocos realizan una actividad física. La estadística nacional revela que sólo 16% de la población masculina y 10% de las mujeres hacen ejercicio.

Elena Subirats, consultora externa de la OMS en actividad física en México, señala la necesidad de empezar a movernos. Existen cifras que indican que 53% de los muchachos no alcanza ni 35 por ciento de actividades en movimiento. El sedentarismo afecta a la salud al provocar estrés, decaimiento físico, debilidad ósea y muscular, y en casos graves enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad, algunos tipos de cáncer.

La OMS define a la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere el gasto de energía. Esto quiere decir, que no es  necesario o indispensable asistir a un gimnasio para hacer ejercicio. El mismo organismo internacional recomienda ejercicio físico moderado diario de 30 minutos cinco veces a la semana.

Beneficios de la actividad física constante

• Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
• Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
• Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).
• Disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulino dependiente.
• Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer (colon, mama).
• Mejora el control del peso corporal.
• Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.
• Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, por lo que puede ser beneficiosa para la artrosis.
• Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
• Mejora la imagen personal.
• Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.
• Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.
• En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente. (8)

¿Y los niños?

Los hábitos de sedentarismo en adultos desafortunadamente se trasladan a los niños, sólo 3% de ellos hacen actividad física intensa o moderada, y 4 de cada 10 adolescentes no hace actividad física alguna.

A lo anterior se añade, que la clase de educación física o deporte en las escuelas del país se reduce a una serie de movimientos por 4.5 minutos por clase, lo que significa que hacen actividad física moderada vigorosa en  promedio 9 minutos a la semana.

Si se hace un cálculo por día, después de ir a la escuela, hacer tareas y ver televisión, a los niños les queda escaso tiempo, apenas para bañarse y después dormir.

Ante este panorama, a los padres corresponde dar el ejemplo a sus hijos, hacer ejercicios en la casa, en la calle o algún parque en un plan familiar, sin la necesidad de un club deportivo, esta convivencia además favorecerá aspectos psicológicos y sociales.

Para evitar hábitos que lleven a tener sobrepeso en los niños, no se les debe obligar a comer de más, porque desde que nacen hasta los siete años son capaces de decidir qué tanto comen.

Mala práctica

Los expertos en nutrición señalan que “los padres, por ignorancia, obligan a sus hijos a comer aunque no quieran, y esto aumenta la capacidad gástrica del niño y de manera inconsciente se bloquea su percepción de saciedad”.

Para subir un kilo se necesitan consumir siete mil kilocalorías extras, que suena mucho, pero el comer de manera desordenada se suma esta cantidad y más, sin darse cuenta; para quemarlas es necesario aumentar la actividad física y disminuir la ingesta de alimentos.

El ejercicio físico es una medicina natural para el cuerpo humano, junto con una dieta balanceada se asegura un funcionamiento saludable para el organismo y se evitan enfermedades crónicas relacionadas con el sobrepeso, obesidad y sedentarismo.