La propuesta para modificar el Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios emitida por parte de la Cofepris, pretende prohibir la fortificación de alimentos procesados sujetos al etiquetado de advertencia que establece la Norma 051, lo que tendría resultados negativos para la salud de los mexicanos.
Al respecto se pronunció Luis Fernando Hernández Lezama, integrante del Consejo directivo del Consejo Latinoamericano de Información de Alimentos y Salud (CLIAS), quien señaló que esta propuesta podría tener un impacto negativo, pues alimentos como cereales de caja, yogur, leche y sus derivados y productos de la panificación desempeñan un papel muy importante en la contribución a la ingesta de micronutrientes.
La fortificación de alimentos es una de las medidas aplicadas para adicionar dosificadamente micronutrientes a alimentos procesados. El objetivo es mejorar la salud de la población en general, sobre todo de aquellos sectores que carecen de ciertas vitaminas y minerales esenciales para la salud.
La propuesta de modificación al artículo 161, en el decreto de Reforma a Diversas Disposiciones del Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios señala textualmente que “no se podrán adicionar nutrimentos a los alimentos no procesados o frescos, ni a los alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, que cumplan con los perfiles nutrimentales establecidos para el etiquetado frontal de advertencia que establezca la norma correspondiente, a excepción de aquellos que deban adicionarse de manera obligatoria”.
Esta restricción va en contra de las recomendaciones establecidas por el Codex Alimentarius de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que es el referente internacional en la materia, junto con los principios generales para la adición de nutrientes esenciales a los alimentos y principios de fortificación que estableció la Organización Mundial de la Salud en el 2006.
La fortificación de alimentos y su impacto
Enrique Ríos Espinosa, doctor en salud pública y especialista en nutrición humana, señala que una mala alimentación no sólo está vinculada al sobrepeso y la obesidad, sino también, a las carencias de micronutrientes. “No hay alimentos buenos o malos sino dietas nutricionalmente equilibradas o desequilibradas”, expresa.
Durante décadas, México utilizó estrategias de fortificación de alimentos para reducir la deficiencia de micronutrientes en la población. Autoridades de salud emplearon la yodación de la sal con éxito en todo el país, la adición de flúor para prevenir la caries dental, así como la fortificación a las harinas con resultados positivos, tanto que las autoridades la hicieron obligatoria.
La fortificación de alimentos mejora la salud y la calidad de vida de millones de personas, su principal ventaja en comparación con otros métodos para mejorar el contenido de micronutrientes de la dieta es que no requieren un cambio de conducta.
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