Un estudio publicado en el Journal of Nutrition Education and Behavior encontró que existe una confusión y escepticismo general sobre los alimentos integrales debido a la falta de transparencia y orientación en sus etiquetas.
Sin una regulación clara y estándares de etiquetado, los beneficios de educar a los consumidores sobre cómo aumentar la ingesta de granos integrales pueden perderse”, explicó Katrina Kissock, dietista e investigadora de la escuela de ciencias médicas, indígenas y de la salud de la Universidad de Wollongong, Australia.
Como parte del estudio se realizaron preguntas especificas a los consumidores sobre la elección de alimentos elaborados con granos enteros y el consumo de granos integrales, así como la identificación de alimentos integrales, la percepción del etiquetado y las opiniones sobre las hipotéticas etiquetas en los paquetes.
Este estudio respalda la necesidad de un sistema global de etiquetado de granos integrales basado en definiciones estandarizadas para ayudar a los consumidores a realizar compras de alimentos informadas”, continuó Kissock.
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El escepticismo sobre los alimentos integrales
La investigación reveló que existe un escepticismo entre los participantes sobre el etiquetado de alimentos integrales.
Durante las discusiones, los grupos entrevistados hicieron comentarios como: “No sé qué significa 16g de grano entero por porción” o “No sé cuánto grano integral tiene que tener un producto para obtener una etiqueta”.
- Los participantes también expresaron su escepticismo sobre el claim de un producto comercialización como "saludable", el etiquetado general, la calificación de estrellas de salud y las afirmaciones de contenido de granos integrales.
El estudio mostró que la preferencia del consumidor se inclinaba más para los productos con un alto porcentaje o una cantidad especifica de grano entero, así como por los productos que tienen en el nombre esta afirmación y por aquellos alimentos que contienen el claim "contiene grano entero" en algún lugar del empaque.
Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) anunció planes para actualizar las regulaciones de etiquetado y la definición de "saludable", ya que no se ha hecho desde 1994. La agencia planea realizarlo basándose en la densidad nutricional y las declaraciones de salud respaldadas por la ciencia.
La falta de conocimiento del consumidor
Los investigadores también encontraron una confusión y falta de conocimiento general sobre qué es el grano entero, por lo que muchos participantes no pudieron explicar la diferencia entre el grano integral y entero.
No estoy seguro de lo que son los granos enteros. Supongo que solo grano sin procesar. Dice harina integral, y no sé si eso es lo mismo que el grano integral”, comentaron algunos participantes.
Las investigaciones también señalaron que una mayor transparencia en los alimentos puede ayudar a los consumidores a tomar decisiones más sabias para alcanzar los niveles de consumo diarios recomendados de granos enteros.
Fue evidente que la comprensión limitada del consumidor y la confusión relacionada con los alimentos integrales contribuyeron al escepticismo, las percepciones de salubridad y las decisiones de compra. Las definiciones, las regulaciones y la educación del consumidor son estrategias que podrían mejorar el consumo de alimentos integrales", concluye Kissoc.
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