El maní (Arachis hypogaea), también conocido como cacahuate en diversas regiones, es una leguminosa altamente valorada en la industria alimentaria por su perfil nutricional, su versatilidad gastronómica y sus propiedades funcionales.
Pese a ser considerado coloquialmente como un “fruto seco”, botánicamente se clasifica como una leguminosa, estrechamente relacionada con los frijoles, guisantes y lentejas.
En el ámbito de la nutrición humana, el maní provee un balance notable de macronutrientes, particularmente proteínas y grasas insaturadas. Además de micronutrientes y compuestos bioactivos que lo hacen atractivo para su uso en múltiples aplicaciones.
La relevancia del maní en la panificación, en particular, ha crecido en los últimos años debido al interés de los consumidores en productos con perfil nutricional mejorado y a la tendencia de agregar sabor y textura a productos horneados.
Sin embargo, para la industria alimentaria es fundamental comprender tanto los beneficios como las limitaciones potenciales del uso del maní, con el fin de optimizar su formulación y garantizar la calidad del producto final.

Composición nutricional del maní
El perfil nutricional del maní se caracteriza por su alto contenido energético, derivado principalmente de grasas saludables y proteínas de buena calidad.
Aproximadamente, 100 gramos de maní crudo contienen:
- Proteína: Entre 25 y 28 gramos.
- Grasas totales: Alrededor de 45 o 50 gramos, con preponderancia de ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico).
- Carbohidratos: 15-20 g, incluyendo fibra dietaria.
- Vitaminas: Destaca la presencia de vitamina E, niacina (vitamina B3), folatos y riboflavina.
- Minerales: Fósforo, magnesio, potasio, zinc y hierro.
Este contenido nutricional confiere propiedades beneficiosas al maní, ya que las grasas insaturadas se asocian con la salud cardiovascular, mientras que su perfil proteico contribuye al mantenimiento y reparación de tejidos.
Además, el maní contiene compuestos bioactivos como polifenoles, flavonoides y fitoesteroles, que han sido estudiados por su capacidad antioxidante y su posible efecto en la prevención de ciertas enfermedades crónicas.

¿Cómo impacta en la salud?
El consumo habitual de maní en cantidades adecuadas se relaciona con diversos beneficios para la salud:
- Salud cardiovascular: Numerosos estudios asocian la ingesta de frutos secos y leguminosas como el maní con un menor riesgo de enfermedad coronaria. Esto se atribuye a su perfil de ácidos grasos insaturados, que pueden contribuir a la reducción del colesterol LDL (“colesterol malo”) y a mantener niveles adecuados de colesterol HDL (“colesterol bueno”).
- Control de peso: A pesar de su densidad calórica relativamente alta, su consumo moderado puede formar parte de una dieta equilibrada. El contenido de fibra y proteínas en el maní favorece la saciedad, lo que podría contribuir al control del apetito y, en consecuencia, a la regulación del peso corporal.
- Prevención de enfermedades crónicas: El maní y sus derivados (por ejemplo, mantequilla de maní) contienen cantidades significativas de antioxidantes naturales como resveratrol, además de fitoesteroles que pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre y a combatir el estrés oxidativo. Este efecto antioxidante se considera relevante para la protección contra enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
- Aporte de micronutrientes: La presencia de vitaminas del grupo B (especialmente la niacina y el ácido fólico), vitamina E y minerales como el magnesio y el zinc contribuye a la función inmunológica, a la salud de la piel y al metabolismo energético.
- Calidad proteica: Si bien las proteínas del maní no contienen todos los aminoácidos esenciales en proporciones óptimas, debe complementarse con otros alimentos proteicos, su inclusión en la dieta aporta una fracción proteica de buena biodisponibilidad y alto valor biológico.
A pesar de estos beneficios, es fundamental tener en cuenta que el maní es uno de los alérgenos alimentarios más comunes a nivel mundial.
La prevalencia de alergia al maní varía, pero puede llegar hasta un 1-2% de la población, dependiendo de la región geográfica. Por ello, en la industria alimentaria es clave la declaración de alérgenos y la implementación de protocolos de limpieza rigurosos para evitar la contaminación cruzada.

Consideraciones de calidad e inocuidad
Para asegurar la calidad y seguridad del maní utilizado en la industria panificadora, es esencial:
1. Controlar la presencia de aflatoxinas
Las aflatoxinas son metabolitos tóxicos producidos por hongos del género Aspergillus, que pueden contaminar al maní durante el almacenamiento en condiciones de alta humedad o temperatura.
Estas sustancias representan un riesgo para la salud, ya que están asociadas con efectos hepatotóxicos y carcinógenos. Por esta razón, la industria debe asegurarse de que el producto cumpla los límites máximos de aflatoxinas establecidos por las regulaciones locales e internacionales.
2. Garantizar buenas prácticas de manufactura (BPM)
La higiene en la manipulación, el almacenamiento en condiciones de temperatura y humedad controladas, y la rotación del inventario son medidas esenciales para reducir el riesgo de contaminación microbiana y la proliferación de hongos.
3. Rotulado y trazabilidad
Dado que el maní es un reconocido alérgeno, el etiquetado y la trazabilidad del producto son críticos para la protección del consumidor.
Además, se deben implementar protocolos de verificación para asegurar que no ocurra contaminación cruzada en líneas de producción.
Aplicaciones del maní en la panificación
El maní ha tomado un lugar cada vez más relevante en el ámbito de la panificación. Sus cualidades organolépticas, sabor, aroma y textura, se integran de manera efectiva a diversos productos de panadería y repostería, además de incrementar su valor nutricional.
- Panes enriquecidos: La adición de harina de maní a la masa de pan aumenta el contenido proteico y de grasas saludables en el producto final. Esto puede conferir un perfil nutricional mejorado para consumidores que buscan alimentos con mayores aportes de proteínas vegetales.
Sin embargo, su uso requiere ajustar la formulación para asegurar una estructura de la miga adecuada, ya que la harina de maní no contiene gluten.
En mezclas con harinas de trigo o de otras leguminosas, puede resultar en panes de mayor densidad, por lo cual se recomienda no superar el 10-15% de sustitución de harina de trigo en la formulación básica.
- Productos de repostería: Desde galletas hasta pasteles y magdalenas, la inclusión de maní o mantequilla de maní aporta un sabor distintivo y una textura suave al producto.
En repostería, la grasa natural del maní puede reemplazar parcial o totalmente las grasas añadidas tradicionales (por ejemplo, mantequilla o margarina), aunque se deben considerar ajustes en la humedad y el tiempo de horneado.
- Snacks horneados: El maní troceado o la pasta de maní se incorporan a snacks horneados de tipo “biscuit” o barritas energéticas, contribuyendo a la palatabilidad y a la densidad nutricional. Su alto contenido en proteínas y grasas saludables, así como la presencia de antioxidantes, refuerzan la imagen saludable del producto.
- Coberturas y rellenos: El maní se utiliza asimismo en la elaboración de coberturas y rellenos para panes dulces, bizcochos y repostería. Se pueden elaborar cremas y pralinés que se integran fácilmente en diferentes capas del producto, brindando contraste de sabor y una textura crujiente o cremosa según la formulación.

Desafíos y soluciones tecnológicas en la panificación
Pese a los beneficios de la incorporación del maní en la panificación, existen algunos desafíos tecnológicos que la industria debe afrontar:
a.) Influencia en la estructura: El maní, al carecer de gluten, no puede contribuir a la formación de la red proteica responsable del volumen y la textura características del pan. Para mitigar este efecto, se pueden utilizar mejoradores de panificación o mezclar la harina de maní con harinas ricas en gluten (trigo) o con aditivos (por ejemplo, goma xantana) que aporten estabilización a la masa).
b.) Efecto sobre la vida de anaquel: Aunque el maní contiene antioxidantes naturales, sus lípidos son susceptibles al enranciamiento si se exponen a condiciones de almacenamiento inadecuadas. Para prolongar la vida de anaquel de productos horneados que contengan maní, se recomienda envasarlos en atmósferas modificadas o utilizar antioxidantes naturales (como extracto de romero o tocoferoles adicionales) para retardar la oxidación lipídica.
c.) Control de humedad y retención de sabor: El maní absorbe parte de la humedad de la masa, lo que puede modificar la cantidad de agua requerida en las formulaciones.
Es importante ajustar la fase de mezcla y el contenido de humedad para evitar una miga demasiado seca. Asimismo, la aplicación de técnicas de tostado del maní puede intensificar el sabor, pero se debe controlar la temperatura para evitar la formación de compuestos indeseables o la pérdida excesiva de aceite.
Perspectivas de investigación y desarrollo
El auge de los productos funcionales y la diversificación de la industria alimentaria ofrecen un amplio campo de investigación para la aplicación del maní en la panificación. Algunas áreas con potencial son:
- Desarrollo de productos libres de gluten: Mediante la combinación de harinas vegetales y el uso de enzimas que mejoren la estructura, el maní se perfila como un ingrediente clave para productos destinados a consumidores con enfermedad celíaca o intolerancias alimentarias.
- Optimización de procesos: Estudios enfocados en la fermentación controlada, el uso de cultivos probióticos y enzimas específicas podrían mejorar la digestibilidad y el perfil nutricional de los panes a base de maní.
- Nuevas formas de presentación: El desarrollo de ingredientes funcionales derivados del maní (por ejemplo, concentrados proteicos, péptidos bioactivos y aceites con alto contenido de fitoesteroles) permitirá su aplicación en la formulación de productos horneados con propiedades especializadas.
Concluimos que el maní es un ingrediente de elevado valor nutricional y funcional, con un perfil proteico adecuado, riqueza en ácidos grasos insaturados y un amplio espectro de vitaminas y minerales.
Su contribución a la salud, particularmente en aspectos de prevención de enfermedades cardiovasculares, control de peso y aporte de compuestos bioactivos, lo posiciona como un aliado en la formulación de productos de panificación con valor agregado.
Además, en la formulación de productos de panadería es esencial comprender los efectos de la harina de maní sobre las propiedades reológicas de las masas y los requisitos de manipulación para prolongar la vida útil de los productos terminados.
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