Una nutrición correcta favorece al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental de niñas y niños. La malnutrición por lo tanto afecta al desarrollo de la población en todas sus facetas de crecimiento y desarrollo.
Hay diversos factores que pueden tener un rol en el incremento de peso y este proceso metabólico llevar a la obesidad. Y en consecuencia, sufrir enfermedades metabólicas crónicas.
Pero también puede tener un papel importante en la disminución de su crecimiento y desarrollo a causa de una deficiencia alimentaria u otros factores que contribuyan a la mal nutrición de estos en etapas de evolución de crecimiento.
La dinámica de la población modificó las cadenas alimentarias, la actividad física de la población y la estructura de las familias.
Como resultado, la alimentación sufrió modificaciones profundas, caracterizadas por aumento en el aporte de calorías, grasas saturadas y azúcares simples. Provocando en la población mexicana un aumento de peso en niños, adolescentes y adultos.
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Retos de la nutrición
La malnutrición, la urbanización de la población o el sobrepeso son algunos de los retos a los que se enfrentará la sociedad en los próximos años.
La inseguridad alimentaria y el hambre limitan el desarrollo de millones de personas en el mundo. No obstante, paradójicamente, el sobrepeso y la obesidad coexisten con la inseguridad alimentaria debido a las costumbres alimentarias de los individuos.
Al enfrentar el problema de inseguridad alimentaria, una solución aparentemente viable pudiera consistir en proporcionar una oferta de alimentos según lo dispuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sin embargo, las personas que padecen inseguridad alimentaria tienden a mostrar sobrepeso y obesidad, revelando una mayor complejidad del problema por las consecuencias de un excesivo peso corporal.
La inseguridad se asocia con un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas y no transmisibles de naturaleza cardiovascular, neurológica y metabólica entre otras, que se traducen en una menor calidad de vida.
El papel de la industria alimentaria
El cambio de conducta de los consumidores, que cada vez son más exigentes, conlleva un cambio de comportamiento en las empresas. Las cuales deben mejorar la calidad nutricional de sus productos y sumar esfuerzos con el ámbito público.
Los expertos coinciden en que el objetivo es concienciar de que la nutrición es responsabilidad de todos. Y resaltan la importancia de guiarse por la ética empresarial para contribuir a una sociedad más justa.
A través de la investigación, la industria alimentaria debe promover una nutrición personalizada para los consumidores, con ingredientes saludables y de calidad.
La industria alimentaria es un actor clave para mejorar la relación entre alimentación, salud y nutrición en los próximos años.
Para dar respuesta a nuevos hábitos de consumo y alimentar a una población cada vez más urbana y con mayor poder adquisitivo, faltan nuevos marcos legales e investigaciones conjuntas entre instituciones públicas y empresas privadas.
Finalmente, la industria deberá comprometerse a combatir la obesidad y mitigar los efectos del envejecimiento degenerativo. Ofreciendo productos con mejores perfiles nutricionales y ganando la confianza de los consumidores.